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Sudán del Sur acusa a Jartum de haber declarado la guerra

El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, de visita en China, acusó ayer a Sudán de «haber declarado la guerra», tras los bombardeos de la aviación sudanesa que han atacado varias poblaciones del Sur. Además, advirtió de que pueden responder y volver a tomar a disputada región petrolífera de Heglig. Por su parte, Jartum, acusa a Juba de «sacudir su estabilidad» apoyando a los rebeldes en su territorio y dice estar dispuesto a hablar «sobre cuestiones de seguridad».

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GARA | BENTIU

Al día siguiente de que el presidente sudanés, Omar el Beshir, avanzara en la retórica belicista al asegurar que solo hablaría con el Sur «con las balas», el presidente sursudanés, Salva Kiir, de visita en China, dijo que se vive «un momento crítico porque nuestro vecino de Jartum nos ha declarado la guerra».

En la noche del lunes, aviones Antonov sudaneses bombardearon Panakwach y Lalop, en el Estado de Unidad, hasta 40 kilómetros hacia el interior del país, así como un puesto fronterizo.

Los bombardeos causaron varios heridos y siguen a los que el lunes dejaron dos muertos en Bentiu, la capital de Unidad. «No tenemos un acuerdo de alto el fuego con Jartum. Nos está declarando la guerra día tras día», afirmó el portavoz del Ejército sursudanés, Philip Aguer.

El gobernador de Unidad, Taban Deng, amenazó con responder a los bombardeos. «Somos capaces de defendernos y regresar a Heglig. Todo el mundo debería reflexionar sobre esto seriamente», advirtió. El Ministerio de Exteriores sudanés acusó al Sur de seguir intentando «sacudir la estabilidad de Sudán», aunque su titular, Ali Ahmed Karti, abrió la puerta al diálogo afirmando que «estoy listo para hablar, pero sobre cuestiones de seguridad», tras reunirse en Addis Abeba con representantes de la Unión Africana, que ejerce de mediadora. «Sudán del Sur está listo para firmar un alto el fuego,», respondió su homólogo sursundanés. Pero Jartum ha planteado condiciones, como garantías de que el Sur no prestará apoyo a los rebeldes de las regiones del Kordofán del Sur, Nilo Azul y Darfur. Además, Karti, señaló que «Jartum no puede volver a las negociaciones mientras sus territorios están siendo atacados». Mientras, el presidente sursudanés se encuentra en China, principal aliado de un Sudán aislado diplomáticamente desde los años 9o y su primer socio económico, pero que también se abastece del petróleo del Sur, que tras la independencia se quedó con las tres cuartas partes de las reservas anteriores a la partición. Beijing, que mantiene sus lazos con ambos estados, pidió que «resuelvan su conflicto a través del diálogo» y que se respeten «los derechos legítimos» de las empresas chinas que operan en ellos. «El petróleo es la boya de salvación común de Sudán y Sudán del Sur», afirmó el portavoz de la diplomacia china, Liu Weimin. El consorcio chino GNOPC explota la producción de Heglig, cuyas instalaciones han sido seriamente dañadas en los combates.

Zonas en disputa pendientes desde la independencia

El 9 de julio de 2011 Sudán del Sur proclamó su independencia después de dos décadas de guerra civil con el norte, en la que murieron unos dos millones de personas. Jartum reconoció al nuevo país, pero la secesión dejó pendientes cuestiones cruciales, como la gestión de los recursos petroleros, la demarcación de la frontera o el estatus de varias regiones en disputa. Según el acuerdo de paz firmado en 2005, la frontera se correspondía con la trazada bajo la dominación británica, pero los mapas de la época son contradictorios y nunca se llevó a cabo una demarcación sobre el terreno. Una quinta parte de los 1.800 kilómetros de frontera común, entre ellas zonas fértiles o ricas en petróleo, son reivindicadas por ambos países, entre ellas Abyei o Heglig. Esta última produce la mitad del petróleo que le queda al norte, que perdió tres cuartas partes de sus reservas tras la secesión. Sin embargo, el sur depende de las infraestructuras del norte para su exportación. Un tribunal de arbitraje en La Haya sobre Abiyei no solucionó el conflicto. En enero de 2011 estaba previsto un referéndum que nunca tuvo lugar. El Ejército sudanés se apoderó de Abyei, y provocó la huida de 1110.000 personas. El pasado febrero se firmó un tratado de no agresión y el respeto a la respectiva «integridad territorial», pero solo dos días después Jartum empezó a bombardear el estado sursudanés de Unidad. A finales de marzo comienzan los combates en la frontera. El Sur entra hasta Heglig pero es expulsado poco después por las tropas del norte, dejando un reguero de cadáveres y las infraestructuras petrolíferas muy dañadas. GARA

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