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«Vivo entre la inseguridad enfermiza y la convicción más absoluta»

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PLV Havoc

Cantante, compositor y guitarra

Con «The shape of your heart», disco de 2009, el donostiarra PLV Havoc demostró que poseía el talento y la sensibilidad suficiente como para avanzar en este complejo camino de la canción de autor, que de tener salida se encuentra más cerca de un empedrado camino internacional que en Iberia. Ahora presenta «Penny Lancaster», una humilde y local obra maestra.

Pablo CABEZA | BILBO

«The shape of your heart» fue el disco debut de Pedro Gracia Pérez de Viñaspre, un disco crudo, sin ropajes coloristas, con la intimidad como piel. Con «Penny Lancaster» PLV Havoc, el útil artístico, continúa la lógica de su primer disco, pero, y aunque parezca un contrasentido, no se parece en casi nada, ya que los arreglos de cada canción, el mayor número de cruces de instrumentos, las composiciones, la ganancia estilística en voz, y la producción y aportación guitarrrera del también donostiarra Rubén Caballero, convierten el disco en un planeta pegado al anterior, pero con sol y giro propio. No sé del pasado, solo sé que con «Penny Lancaster», modelo y mujer de Rod Steward, inspiradora de la pertinente canción, Havoc ha logrado un disco impresionante, de una serena belleza y de una calidad que debería competir en Europa, en EEUU... Nos recuerda, midiendo las insalvables distancias estilísticas, la fortaleza internacional de Rafa Berrio (Donostia) con su «1971», dramáticamente reducido a un puñado de aplausos sangrantes y a unas críticas de 10 sobre 10.

De ponerle un pero, que casi nos resulta imposible, es que con la calidad de arreglos e instrumentos en juego, con una producción global de matrícula, nadie le haya aconsejado a Havoc que no realice tanta oclusión vocal. Los fonemas abiertos, claros siempre resultan mejor, más aún cuando se maneja una buena y templada voz.

En cuanto estilo, Havoc se mueve entre el folk-rock, el acid-rock y la americana. Une acústica y eléctrica, estas con acordeón o con el singular sonido del teclado Wurlizer.

Pedro Gracia nace en Lizarra. Sus padres se separaron y unieron varias veces, por lo que se ve en la obligación de ir de un sitio a otro. Por fin, con 14 años, se establece con su madre en Donostia y poco después fallece su padre. Con 19 años estudia en Alemania y, posteriormente, vive en Noruega. De regreso a la capital surge PLV Havoc.

Tengo la intuición de hallarme ante alguien que busca respuestas, que es audaz, elegante, humilde (reconocer que nunca superará a los estadounidenses), que no desea quedarse con un «toca americana».

Vivo buscando respuestas, se que están dentro de mí, pero me empeño en buscarlas fuera. Algún día aprenderé. Con respecto a lo de humilde, es curioso porque te aseguro que mucha gente me tacha de lo contrario. La verdad es que supongo que, a veces, soy una cosa y, a veces, la otra. Lo asumo. Lo que sí tengo claro es que no quiero hacer música americana. No es una cuestión a superar, y seguramente no pueda, pero es que tampoco quiero. Solo quiero hacer canciones que emocionen, quiero hacer música de autor. Es cierto que por diversos motivos la base de mis canciones es la música tradicional americana, pero quiero pensar que se trata solo de los cimientos de mi            casa. Esto puede resultar algo incoherente, sobre todo al cantar en inglés, pero esto es lo que soy o lo que he sido o lo que quiero ser, libre.

Con el primer disco se le veía un tipo muy decidido, con cierto descaro, con la convicción de quien quiere ganar a pesar de las dudas, ¿en qué momento se encuentra ahora?.

Se puede decir que soy un inconsciente consciente. Vivo en constante contradicción conmigo mismo, entre la inseguridad enfermiza y la convicción más absoluta. Entre un dolor insoportable y la frivolidad. Pero si hay algo que es cierto es que hago las cosas con pasión. En este disco me veo en un camino, el cual creo que es el correcto, pero que no tengo ni idea hacia dónde me llevará.

¿Cantautor, solista, solista con grupo...?

Soy solista, en el sentido de artista. Tomo las decisiones, yo acierto y yo me equivoco. Mi forma de componer y de expresarme es tan personal que no podría ser de otra forma. Eso unido a una personalidad algo dictatorial y horrible, nadie me aguantaría. Pero eso no significa que tenga que tocar solo, todo lo contrario. De hecho, creo que, sobre todo, a la hora de grabar o arreglar hay que delegar, de lo contrario estás destinado a hacer siempre la misma historia. Este disco no hubiese sido posible sin Rubén Caballero, alguien que significa mucho para mí. Lo mismo digo de los músicos de la banda en directo; Joseba Irazoki, Jaime Nieto y Guanche, con los cuales no paro de aprender como músico y como persona.

No quiere diferencias entre la persona y el personaje (PLV Havoc), pero no siempre habrá sido así.

La verdad es que soy algo exagerado, siempre lo he sido, para lo bueno y para lo malo. Si hay que amar amo mucho y si hay que sufrir lo hago a lo grande. Mira, no lo sé, PLV Havoc es solo un nombre, pero uno que para mí representa mi yo artístico. Igual en algún momento fue una coraza, pero ahora es una cosa que ni siquiera me planteo.

Le van los personajes humano-musicales un tanto dolidos, con cierto amargor en sus canciones. ¿Le preocupa que derive su historia por ese hilo?

Pues no sé si me van. A veces sufro un dolor intratable y no sé de dónde viene. Pero odio ir de torturado, mis canciones hablan más de la esperanza que del dolor, y si la gente no lo percibe así, pues creo que es un fracaso para mí. Siento un cierto           complejo en ese sentido, a veces percibo que mis canciones no valen nada si no me derramo en ellas, supongo que es por pura limitación musical por mi parte.

 
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