Después de un par de intentos actualizadores fallidos, la reflotada productora inglesa Hammer volvió al cine de terror clásico con «La mujer de negro». Este cuento gótico parece haber servido de pista a seguir para los nuevos cineastas que se inician en el género, como es el caso del debutante Nick Murphy, que procede de la televisión. Le ofrecieron un guión de Stephen Volk, todo un especialista en temas fantásticos, muy cotizado gracias al impacto conseguido en la pequeña pantalla por «Ghostwatch». La historia inicial se ambientaba en la época victoriana, incidiendo en el trasfondo de la rigurosa educación en los internados de entonces. Nick Murphy prefirió, sin embargo, reescribir el guión y trasladarlo a los años siguientes a la Primera Guerra Mundial. El internado victoriano sigue presente, pero el periodo de posguerra resulta más fantasmagórico a causa de la mortandad que se dio en Gran Bretaña entre 1914 y 1919, tanto por las bajas en el frente de batalla como por las miles de víctimas que causó una epidemia de gripe.

La crítica ha comparado el cuidado estilo visual de Nick Murphy con el que Jack Clayton mostró en «¡Suspense!», considerada como la mejor adaptación de la novela gótica de Henry James «Otra vuelta de tuerca». También ha sido muy alabada la interpretación estelar de Rebecca Hall, actriz descubierta por Woody Allen en «Vicky Cristina Barcelona», y que aquí encarna a una joven huérfana obsesionada con la investigación de las presencias del más allá, actividad que le llevará hasta un misterioso orfanato.