El Ibex logró terminar a última hora por encima de los 7.000 puntos gracias a las leves ganancias de Wall Street. Con todo, encajó una bajada del 1,29%, hasta los 7.027,10 puntos. En París, el CAC cedió un 0,13%, mientras que Londres sumaba un 0,52%, y Fráncfort, un 0,53%. La caída del Ibex se cimentó en la banca y sus graves dificultades para llevar adelante con éxito la reestructuración, tal como ha advertido el FMI. Según este organismo, la única solución para un buen número de entidades es la ayuda pública destinada a tapar el gigantesco agujero creado por el ladrillo. Por otro lado, las grandes entidades del Estado español, pese a seguir proclamando su alta solvencia y la capacidad de generar negocio a pesar de la crisis, tampoco consiguen apagar los rumores sobre su verdadera situación. Frente a este feo panorama, el Ibex se vio respaldado por Nueva York, donde se recibía con optimismo el dato de ventas de viviendas pendientes de marzo. Esto permitió matizar las bajadas de muchos valores. No obstante, las caídas de Sacyr (-8,21%), ACS (-6,25%) y Gamesa (-4,89%) fueron rotundas. Entre los bancos, se significaron los descuentos de Santander (-3,38%), tras anunciar un descenso del 24% en el beneficio del primer trimestre, y BBVA (-2,11%). En el lado contrario se destacó Grifols (+3,42%). En París, el protagonismo negativo también fue para las entidades financieras. Así, Société Générale perdió un 3,48%, y Crédit Agricole, un 3,23%. El peor fue Alcatel-Lucent, que se hundió un 16,61% después de presentar sus resultados. Safran (+4,97%) lideró a los ganadores.