Una cadena de atentados contra sedes de las Fuerzas de Seguridad del régimen sirio dejó un saldo de entre ocho y una veintena de muertos en la ciudad de Idleb (noroeste) el día después de la llegada del general noruego Robert Mood, jefe de la misión de observadores de la ONU.

El opositor Observatorio sirio de Derechos Humanos cifró en más de 20 las víctimas mortales, «la mayoría miembros de las Fuerzas de Seguridad».

La televisión pública siria redujo el balance a ocho muertos, entre civiles y uniformados. La cadena difundió imágenes de restos humanos y rastros de sangre alrededor de un tractor destruido, así como de viviendas hundidas. Recogió testimonios de vecinos, que preguntaban si «esta es la libertad que piden. Dónde está la libertad?». Algunos gritaban lemas «Dios, Siria, Bashar (al-Assad). Nada más», en apoyo al régimen.

«No queremos observadores», señalaba una mujer ante las cámaras. Dos observadores están estacionados en Idleb, uno de los feudos de la revuelta, y otros tantos en Deraa (sur) y Hama (centro del país).

No fue Idleb la única ciudad escenario de ataques. En la noche del domingo, fueron atacados con lanzagranadas la sede del Banco Central sirio y una patrulla policial en un barrio de Damasco, con un saldo oficial de cuatro uniformados heridos.

Los opositores Comités Locales de Coordinación volvieron a acusar al régimen de «estar detrás de estas explosiones que han costado la vida a decenas de sirios», y no dudaron en atribuir al Gobierno las «sospechosas explosiones» en Damasco, incluida una ante las oficinas de la televisión pública.

El Observatorio sirio de Derechos Humanos informó asimismo de una explosión cerca de la capital, probablemente causada por un coche-bomba y que habría dejado víctimas.

Según esta misma fuente, el fin de semana se habría saldado con 70 personas muertas, entre ellas 47 civiles muertos por las tropas gubernamentales.

A su llegada el domingo a Damasco, el general Mood hizo un llamamiento a la calma. «Los observadores no pueden resolver solos todos los problemas (...) todas las partes deben cesar la violencia y dar una oportunidad» al plan de paz del mediador internacional y ex secretario general de la ONU, Kofi Annan. «Vamos a trabajar para la aplicación completa del plan Annan de seis puntos aceptado por el Gobierno sirio. Para ello, tenemos ahora 30 observadores sobre el terreno y preveemos doblar la cifra en los próximos días», aseguró el general.

La cifra de observadores debería llegar al centenar de aquí un mes, para completar más tarde la cifra de 300. Esta misión tiene una duración prevista de tres meses aunque se anuncia ardua.

Tras acusar el pasado sábado a la ONU de «animar a los terroristas», la televisión pública apuntó el domingo a la red Al Qaeda tras los atentados de los últimos meses y días.