A partir de hoy, solo los ciudadanos holandeses y quienes tengan permiso de residencia podrán comprar marihuana en los coffee shops del sur de Países Bajos, una medida que ha puesto en pie de guerra a estos establecimientos y que busca acabar con el denominado «turismo del porro». Durante 2010, más de 135.000 ciudadanos del Estado español visitaron estos famosos cafés, lo que supone un 30% del total de las visitas realizadas a Holanda.

La nueva normativa limita la venta de cannabis a los propios holandeses o ciudadanos con permiso de residencia, que deberán inscribirse como socios de los coffee shops para acceder a esta sustancia, convirtiéndose de esta manera en una especie de clubs privados que podrán tener un máximo de 2.000 miembros. Además, también se prohibirá la venta de marihuana en los coffee shops que estén a menos de 350 metros de los colegios en el año 2014.

La Oficina de Turismo de Países Bajos asegura que son parte de la imagen de Amsterdam y que esta medida podría disminuir el número de turistas.

A diferencia de muchos países de Europa, Países Bajos mantenía una política de tolerancia con este tipo de drogas, aunque su uso está limitado bajo ciertas condiciones, como la mayoría de edad o no vender más de cinco gramos por persona y día.