Interior detalla por escrito su plan de «reinserción» para presos vascos
El Gobierno español difundió ayer por escrito el borrador de su plan de «reinserción», en el que implícitamente asume la excepcionalidad aplicada a los represaliados políticos vascos tanto en el ordenamiento jurídico como en la «estrategia» penitenciaria. El Ministerio de Interior quiere que los prisioneros se inscriban individualmente en ese plan y ubica en cárceles de Euskal Herria y en otras «próximas» los programas a desarrollar.
Alberto PRADILLA | MADRID
El Ministerio español de Interior hizo público ayer un documento, de apenas seis folios, en el que explica los pormenores de su primera iniciativa en política carcelaria. El plan, titulado «Programa para el desarrollo de la política penitenciaria de reinserción individual en el marco de la ley», detalla la estrategia del Gobierno de Mariano Rajoy, asumiendo explícitamente los «elementos diferenciales» del colectivo de presos políticos vascos respecto a «otras formas de delincuencia más común».
No nombra a ETA directamente y en todo momento se aboga por un tratamiento individualizado. No obstante, plantea que serían los centros penitenciarios «ubicados en el País Vasco» y otros «próximos» los que acogerían de forma «prioritaria» esos programas de reinserción.
El departamento que dirige Jorge Fernández Díaz apoya su iniciativa en el texto acordado por PP, PSOE y PNV el pasado 21 de febrero en el Congreso de los Diputados.
«Peculiaridades» del colectivo
«No podemos olvidar que, en el caso de delincuentes terroristas, las características de los penados, su disposición a reconocer el daño causado y su voluntad para abandonar las convicciones que les llevaron a delinquir, presentan peculiaridades que es preciso abordar con una estrategia específica; sobre todo cuando la organización de referencia no se ha disuelto, cuenta con un cierto apoyo social y aspira a mantener la cohesión y disciplina de sus militantes encarcelados proyectando una estrategia de imposición al Estado en el diseño y ejecución de su política penitenciaria». Así arranca el segundo párrafo del primer capítulo del documento, dedicado a la «justificación del programa».
El Ministerio de Interior aclara por escrito que «el tratamiento punitivo de este tipo de criminalidad se ha abordado con elementos diferenciales respecto a otras formas de delincuencia más común, precisamente por la peligrosidad de quienes la practican y su potencialidad desestructuradora de la convivencia y la libertad de los ciudadanos».
Como ejemplos, enumera la dispersión de los presos y la adopción de lo que califica como «especiales prevenciones», entre las que incluye la aplicación de un «régimen cerrado», así como la «extensión de las condenas impuestas» y mayores exigencias para obtener beneficios. Todo una declaración por escrito de que las leyes que han regulado la política carcelaria en en torno al conflicto político han venido marcadas por la excepcionalidad.
Aunque Interior ha presentado el programa como destinado a presos pertenecientes a distintas organizaciones armadas, su plasmación evidencia que Madrid miraba hacia Euskal Herria a la hora de diseñar el texto. Por ejemplo, se indica que el plan se desarrollará «preferentemente en centros del País Vasco», sin perjuicio de que pueda ampliarse a otros lugares del Estado en virtud del número de solicitudes. Además, realiza otra mención explícita a los gobiernos de Lakua e Iruñea cuando se refiere a la «mejora de la capacitación socio-profesional» de los presos.
«Voluntaria e individual»
Según el texto, al programa podrá acceder cualquier prisionero que de forma «voluntaria e individual» acredite «su rechazo a la violencia y su desvinculación» de la organización a la que pertenecía.
El plan estará en manos de los «Equipos de Tratamiento de los Centros Penitenciarios», que organizarán las denominadas «aulas de convivencia». Serán ellos quienes evalúen el cumplimiento de objetivos. También se abre la posibilidad de la «participación de personas o instituciones que, desde la pluralidad, hayan obtenido reconocimiento o relevancia social en la defensa de los valores que hayan contribuido a la erradicación de la violencia como legitimadora de cualquier idea, que hayan apoyado el reconocimiento del dolor de las víctimas o que hayan contribuido a la consolidación de los derechos y libertades». No da detalles sobre qué organismos podrían sumarse.
Interior también ha previsto las reuniones con víctimas siguiendo la línea de la agotada «vía Nanclares». El Gobierno no lo coloca como condición para que los prisioneros sean repatriados, pero sí a la hora de acceder a beneficios como el tercer grado. «La aceptación del encuentro siempre partirá de la víctima», puntualiza el documento, que matiza que quien solicite el perdón «tiene que ser el autor material o el cooperador directo del hecho delictivo que ha causado el daño», aunque, si la víctima lo pide, esta podría reunirse con otro preso.
El Gobierno español distribuyó ayer el documento entre los partidos representados en el Congreso de los Diputados. Posteriormente se hará llegar a las asociaciones de víctimas de ETA, algunas de las cuales ya lo han rechazado.
El «perdón» no será necesario para acceder al programa. Sin embargo, Interior promoverá encuentros entre presos y víctimas directas de las acciones armadas que estos hubiesen llevado a cabo. Sí que incluye esta condición para obtener beneficios.
«La crudeza de la dispersión ha invalidado en sólo cinco días el plan de Interior», afirmaron ayer en Iruñea Txelui Moreno y Maribi Ugarteburu. Los dos portavoces de la izquierda abertzale valoraron el plan de reinserción anunciado por el ministro español de Interior a tenor de los últimos accidentes de familiares de presos. «Solo a la buena suerte debemos hoy el no tener que salir a denunciar la muerte de un familiar», sostuvieron. La rueda de prensa tuvo lugar antes de que se tuviera noticia del tercer accidente del pasado fin de semana y de que se conocieran los detalles de la propuesta del Gobierno de Mariano Rajoy.
En su valoración, la izquierda abertzale considera que lo ocurrido este fin de semana «ha quitado la careta al plan con el que el Ministerio de Interior pretende escenificar ante Euskal Herria y la comunidad internacional su disposición a gestionar positivamente el nuevo tiempo político».
Moreno e Ugarteburu centraron su discurso en la necesidad de que se cumplan los derechos humanos: «El respeto a los derechos más elementales de las presas y presos políticos vascos no puede estar vinculado a exigencias políticas». Y remarcaron que no se trata solo del derecho a cumplir condena cerca de sus familias y su lugar de residencia, sino que también debe de tratarse de forma inmediata la excarcelación de quienes se encuentran gravemente enfermos y de quienes han cumplido la pena impuesta.
La izquierda abertzale también instó a los estados a iniciar «un diálogo resolutivo» con ETA para abordar «en su integridad la agenda de solución a todas las consecuencias del conflicto». Aritz INTXUSTA
En las concentraciones de ayer se reunieron: 66 en Gernika; 44 en Iurreta; 19 en Ataun; 27 en Bermeo; 45 en Zaldibia; 56 en Iruñea, ante la sede del PP; 16 en Astigarraga; 26 en Zorrotza y 21 en Otxarkoaga (Bilbo); 28 en Altza (Donostia); 14 en Abadiño; 52 en Laudio; 11 en Euba; 39 en Zaldibar y 60 en Altsasu.
Cuatro familiares del preso político gazteiztarra Iñaki Arakama tuvieron un accidente el domingo a las nueve de la mañana en la localidad madrileña de San Martín de la Vega. Los accidentados se dirigían a la cárcel de Valdemoro, donde Arakama se encuentra encarcelado por «diligencias», según indicó Etxerat. El siniestro de produjo en un cruce, donde el conductor perdió el control del vehículo, que acabó impactando contra la mediana. Afortunadamente, todos los ocupantes resultaron ilesos. El coche resultó seriamente afectado, por lo que tuvieron que abandonarlo y continuar viaje en un vehículo de alquiler. Etxerat precisó que este accidente es el sétimo de 2012 y el tercero en un solo fin de semana.
Precisamente, en Atarrabia, localidad del preso Txetxu Barrios, tuvo lugar ayer un acto de denuncia por los últimos siniestros. Ohiana Beloki, que se accidentó el sábado, acudió a la concentración que, finalmente, impidió la Policía española. Como alternativa, los concentrados se desplazaron a la Casa de Cultura, donde Herrira ofreció su valoración de «un fin de semana negro que ha vuelto a encender todas las alarmas». Por su parte, Beloki relató su experiencia: «Perdimos el control y nos saltamos un semáforo. Suerte que no venía nadie en ese momento», comentó. El coche volcó en un olivar y tuvieron que ser auxiliados para salir de él. Beloki puso de relieve el valor de que su reacción en aquellos momentos fuera tomar una fotografía de siniestro. A.I.