Ibon Portillo Zorrilla | Gorliz
Nación y Estado
Este pueblo lo que necesita es simplemente justicia y libertad porque historia y no historietas, tiene más que suficiente que avala su condición de nación y el derecho a ser libre
Al hablar de una misma palabra cada uno le da el significado que le plazca, eso es lo que tiene el idioma castellano, que a menudo se confunden los términos a favor de unos y en contra de otros.
Un ejemplo claro lo tenemos en las palabras «nación» y «estado», la segunda de ellas se apodera de la esencia de la primera hasta tal punto que la anula cuando esta es nata, natural y estado es artificial, o sea, no natural. De tal manera que el sentido de los vocablos se convierte en mera palabrería o abundancia de palabras inútiles como así se define. España es una constitución y nada más allá, España es una obra que pretende ser Ley fundamental sobre una porción de superficie terrestre adherida por conquista, España es la divinidad de unos cuantos «buenos» y ya sabemos quiénes bendijeron los cañones de Franco.
El País de los Vascos, la Nación vasca o el Pueblo Vasco, evitando designios que han variado tantas veces a lo largo de los siglos, es en cambio un conjunto de personas con un mismo origen, una misma lengua, unas mismas costumbres, unas mismas leyes fundamentales, en una sola palabra, una nación. Como tal se la ha de tratar, como tal se la debe respetar y como tal debe ocupar su lugar en el conjunto de las naciones, y esa es la demanda o súplica de esta tierra y sus naturales, no lo que a diario tergiversan diarios e informativos.
Sí tiene carácter propio pero no es la porción de ningún otro territorio, dicho de otra manera, no es una región como a tanto folclórico gusta llamar y mucho menos una comunidad diferenciada, esa que llena la boca de esos populistas que gobiernan la Alta Navarra, que se mofan con sus siglas de falsas uniones, UPN.
Este pueblo proviene de la misma naturaleza y el actual estado que lo absorbe no es nada más que la cadena de la autoridad que lo gobierna, un estado policial puesto que siempre presto se articula el Ejército español para salvaguardar la unidad de la Corona española, pero lo llaman monarquía parlamentaria, siempre jugando con los vocablos que convierten en sus títeres gramáticos. Selección nacional, territorio nacional, y demás vocablos agudizan la perspicacia española a la hora de utilizar su idioma, hasta las carreteras son nacionales.
España y su ardid en la palabra, su destreza en la mentira, su habilidad con el despotismo enfocado a su menester y claro, en el detrimento de nuestra vieja Nación Vasca.
Este pueblo lo que necesita es simplemente justicia y libertad porque historia y no historietas, tiene más que suficiente que avala su condición de nación y el derecho a ser libre. Es un buen momento, siempre lo ha sido, para despabilar nuestro futuro, olvidar los numerosos fiascos a través de los siglos sin ningún rencor, invalidar la hegemonía de los estados que nos someten y avanzar todos juntos hacia la supremacía de este pueblo, hacia la independencia. Esta nación está más que preparada y a merced de nosotros mismos para propugnar su nombre sin rencor hacia nadie a los cuatro vientos y decirle al mundo que en su historia está la jurisprudencia que le obliga a aceptar este anhelo.
Mal que le pese a los infinitos detractores de esta tierra, este pueblo con voz propia que lleva siglos sosteniendo injusticias, saldrá a flote de este mar de imposiciones como recompensa de tantos años bogando por esta causa. «Sasi guztien gainetik, hodei guztien azpitik».