Aplazan el juicio contra el vicepresidente suní de Irak acusado de varias muertes
Un tribunal iraquí decidió ayer posponer hasta el 10 de mayo el juicio contra el vicepresidente suní, Tareq al-Hashemi y decenas de sus guardaespaldas, acusados de varias muertes. La orden de detención contra Al-Hashemi desató una grave crisis política en la que sigue sumido Irak.
GARA | BAGDAD
El juicio que debía haber comenzado ayer contra el vicepresidente de Irak, el suní Tareq al-Hashemi, acusado de haber ordena- do a sus guardaespaldas la comisión de varios crímenes y juzgado en rebeldía, fue aplazado al 10 de mayo después de que sus abogados solicitaran el traslado del caso a un tribunal especial para dirigentes políticos.
Sus defensores arguyeron que Al-Hashemi no puede ser juzgado por el Tribunal Penal Central de Irak y que la Constitución prevé la conformación de un tribunal especial para casos como éste, como así ha sucedido a lo largo de la historia de Irak, según sus abogados.
Al-Hashemi, destacado líder suní, huyó de Bagdad en diciembre después de que Gobierno, presidido por el chií Nuri al-Maliki, dictara una orden de arresto en su contra tras acusarle de haber ordenado a sus guardaespaldas matar a varias personas, cargos que el vicepresidente negó al tiempo que denunció motivaciones políticas.
Durante el juicio se juzgarán tres casos de homicidio que incluyen «el asesinato de un director general del Ministerio de Seguridad Nacional, un oficial del Ministerio de Interior y una abogada», informó el poder judicial en una nota. Este lunes, Al-Hashemi y sus escoltas fueron acusados también de la muerte de seis jueces, y los fiscales investigan unos 300 potenciales cargos contra ellos.
Un total de trece guardaespaldas del vicepresidente fueron previamente puestos en libertad por falta de pruebas, mientras que otros 73 continúan detenidos y se enfrentan, de momento, a unos 150 cargos, según indicó el Consejo Superior de Justicia.
El vicepresidente iraquí, que huyó del país y se encuentra en Estambul, y sus seguidores han denunciado un proceso con fines puramente políticos, enmarcado en el conflicto que desde diciembre, poco después de la retirada de EEUU, enfrenta a su familia política, la coalición Al-Iraqiya, con Al-Maliki, al que acusa de autoritarismo.
«La Justicia está politizada. No será un juicio justo», aseguró el ex primer ministro Iyad Allawi, líder de Al-Iraqiya.
Tras la orden de arresto dictada en diciembre, el vicepresidente huyó y se refugió en Kurdistán Sur, cuyas autoridades se negaron a entregarle a la Justicia de Bagdad. El pasado 1 de abril dejó territorio iraquí para viajar a Qatar, Arabia Saudí y Turquía, donde se encuentra. Las acusaciones y la orden de arresto contra Al-Hashemi abrieron una grave crisis política en la cúspide del Estado y deterioraron el delicado equilibrio entre suníes, chiíes y kurdos.
El comienzo del juicio finalmente aplazado coincidió con varios atentados con bomba y ataques armados en distintos puntos de Bagdad, que se saldaron con la muerte de un soldado y varios policías heridos.