Pese a las reiteradas llamadas al alto el fuego, la situación sigue siendo muy inestable en el norte de Birmania, donde los rebeldes de la minoría étnica kachin temen una gran ofensiva del Ejército. Los choques entre tropas birmanas y el Ejército para la Independencia de Kachin (KIA), que se reanudaron en junio tras una tregua de 17 años, han provocado decenas de miles de desplazamientos. Según el KIA, el Ejército prepara un ataque contra una de sus principales bases en Laiza, con unos 3.000 combatientes, a donde se han enviado 2.000 soldados.