Joseba Velasco, trabajador de Bridgestone, y Daniel Ramos, penitente franciscano sin ordenar, terminaron ayer a las doce de la noche los dos días de ayuno. Ambos eligieron la reforma laboral como el tema de su protesta dentro de la iniciativa «Ez irentsi! ¡No tragamos!». Hasta el 12 de mayo se mantendrán los turnos de ayuno para demandar una sociedad más justa y que mire menos hacia los intereses económico.

Es el ejemplo que han adoptado Joseba Velasco y Daniel Ramos en El Arenal de Bilbo. «Queremos reflexionar por el recorte de derechos que supone la reforma laboral. Tenemos que dar valor a las personas, queremos que primen sobre los intereses económicos y políticos. Tenemos que ser participativos, ser constructores de la sociedad, no sólo delegar en los políticos, porque estos están defendiendo a los intereses de los más poderosos».

En el caso de la reforma laboral, según indica Velasco, «el mayor problema es que el trabajador está muy desprotegido sobre la empresa, por lo que hay una desigualdad tremenda. hay muchos aspectos, facilidad de despido». Explica esta situación desde su experiencia en una gran multinacional que se mantiene con expedientes de regulación.

Daniel Ramos advierte que «por lo que oigo y me llega es lo de siempre. Se prima a entes como bancos y empresas, sobre los ciudadanos que debiéramos ser protagonistas de la vida». En este caso, Velasco mantiene que «las empresas deben contribuir a la sociedad y no a la inversa, que es lo que está pasando».

Ramos explica que estas iniciativas «permiten avanzar como personas» y sobre todo «permiten visualizar la realidad tremenda que nos está viviendo encima». La salida que ven ambos «es ser más particiativos, conseguir que el colectivo vuelva a coger fuerza, como pasaba antes. Ahora la sociedad está adormecida. Hace años la sociedad era más activa, ahora los peligros son otros, pero la preponderancia del poder financiero es negativa para nosotros».