Un total de 14 temporadas han podido con Mikel Aranburu (Azpeitia, 18 de febrero de 1979). El gran capitán de la Real Sociedad comunicó ayer que se retira del fútbol al finalizar la campaña. Lo hace a los 33 años, número que históricamente ha tenido un significado sagrado en diferentes culturas y religiones.

E histórico será también Aranburu a partir de ahora, no solo para los aficionados y el club blanquiazul, sino para sus propios compañeros de equipo, que arroparon de manera unánime a su capitán en sala de prensa.

El año pasado, otro hombre del fútbol como el técnico Pep Guardiola, que deja El Barcelona al concluir la temporada, explicaba lo siguiente sobre su profesión cuando analizaba vídeos de los rivales antes de los partidos: «Llega un momento, acojonante diría, fantástico, lo que da sentido a mi profesión. Llega un momento que digo `ya lo tenemos, mañana ganamos'. Yo amo mi trabajo por este instante».

A Mikel Aranburu le pasó algo parecido mientras analizaba la posibilidad de seguir en el fútbol un año más o no. «No ha sido una decisión fácil, pero he sentido que este era el momento», reconoció el azpeitiarra.

Además, agregó que «es el mejor momento para mí y también para el club porque viene gente muy importante detrás y en ese aspecto no creo que perjudique demasiado al club».

Aunque admitió haberse sentido parte del equipo todo este tiempo, declaró que después de tantos años en la Real arrastra cansancio «físico y mental». De hecho, el centrocampista guipuzcoano recordó la grave lesión de rodilla que le tuvo algunos meses apartado de los terrenos de juego, y en este sentido agregó que «la vida sigue y lo que no quiero es que el fútbol me deje secuelas para no poder hacer luego otras cosas».

Momentos jocosos

En momentos de su intervención, a Mikel Aranburu se le notó emocionado, pero también bromista, como lo demostró nada más ponerse delante del micrófono. «Como podéis ver -refiriéndose a sus compañeros, que se integraron con los periodistas en la sala de prensa de Zubieta-, se han puesto muy contentos con mi decisión», señalaba sonriente el de Azpeitia.

El que es uno de los jugadores más longevos del club en su historia moderna -acumula 490 partidos bajo la dirección de 16 entrenadores diferentes-, siempre le dio importancia a un final «correcto». Y lo tendrá, porque se podrá despedir en Anoeta y en el último partido de Liga. Todo eso «si estoy convocado», bromeó de nuevo con la mirada puesta en el técnico Philippe Montanier, en primera fila.

Al ser preguntado por las cosas buenas que le deja su paso por este deporte, el azpeitiarra respondió que «el fútbol me ha dado la oportunidad de conocer lugares y sobre todo a personas que merecen la pena». Además, se puede retirar tranquilo y orgulloso, porque reconoció sentirse «querido y respetado» por toda la afición txuriurdin.

Aranburu no desveló detalles sobre su futuro más inmediato, aunque parece que no estará, de momento, vinculado al club: «Quiero salir del círculo en el que he estado tantos años. Seguramente el año que viene voy a ser un simple aficionado».

Una mirada al pasado

Terminó su intervención echando la mirada atrás. Relató cómo salió del Lagun Onak de su localidad para fichar por la Real Sociedad. Se trataba de un mundo nuevo para un chaval de 13 años que «no sabía cómo funcionaba esto». En los posteriores años ha podido descubrir el funcionamiento del club y ha podido sentir los momentos dulces y amargos del fútbol, como el debut con el primer equipo el 22 de junio de 1997, el subcampeonato de la 2002-03 o el duro descenso a Segunda División.

«No me esperaba 20 años después dar esta rueda de prensa», recalcaba Aranburu al término de su comparecencia. Lo hizo seguramente aún sin ser consciente de las muchas alegrías que él y su equipo le han brindado a la afición realista durante estas dos últimas décadas. Por todo ello, mila esker, Mikel!