20 años desde la Marcha de Hierro para evitar el cierre de Altos Hornos
En otoño se van a cumplir 20 años desde la celebración Marcha de Hierro que los trabajadores de Altos Hornos de Vizcaya (AHV) y la empresa asturiana Ensidesa realizaron hasta Madrid para intentar que no se cerrara la planta que daba de vivir a buena parte de Ezkerraldea. Al final, cerró y le sucedió la Acería Compacta de Bizkaia (ACB), pero desde entonces esta comarca no ha levantado cabeza y sigue con tasas enormes de paro y de decadencia.
Juanjo BASTERRA |
La Fundación de Trabajadores de la Siderurgia Integral ha editado «AHV. Historia de una Reconversión», obra adaptada de la tesis doctoral de Patricia Campelo Martínez, doctora en Sociología y profesora de la UPV-EHU. Con este libro se regresa vuelve al pasado y se recuerda que el cierre de Altos Hornos de Vizcaya (AHV) supuso un golpe casi definitivo para Ezkerraldea. Esta comarca, junto a Mehatzaldea, fueron punteras en la industria y en la minería vizcainas, pero la reconversión industrial que emprendió Felipe González, al frente del PSOE, derrumbó todo el entramado siderúrgico, porque no se invirtió en mejoras tecnológicas, sino que se optó por el cierre, en algunos casos, más o menos prolongados.
En este momento la comarca se encuentra a la cabeza del desempleo en Euskal Herria y la salida que le han buscado es un sistema de terciarización de la economía que no genera tanto empleo y. el que se crea, es bastante precario.
En el prólogo del libro de la Fundación Integral de la Siderurgia Integral se afirma que «en los últimos años, la ciudad de Bilbao y los municipios industriales de Bizkaia (sobre todo Barakaldo) aparecen en numerosas publicaciones y congresos como modelo exitoso de reajuste económico y reestructuración del territorio. Parece evidente que muchos de los objetivos planteados se consiguieron y que Bizkaia se transformó de manera significativa». Sin embargo, esta afirmación es demasiado pretenciosa.
Mayor tasa de desempleo
Ezkerraldea «ha ido muriéndose» desde que el último alto horno de esa empresa, que comenzó su andadura en 1902, fue demolido. Soporta altas tasas de desempleo y fue uno de los gérmenes que prendieron para continuar con el fuerte desmantelamiento industrial, ahí y en otras zonas de Euskal Herria.
Su sucesora, la Acería Compacta de Bizkaia (ACB), del grupo multinacional Arcelor Mittal, sólo cuenta en Sestao con 300 trabajadores y el riesgo sobre el futuro de la misma está presente como una espada de Damocles desde hace varios años.
Patricia Campelo realizó la tesis doctoral sobre AHV, que ha servido de base de esta interesante publicación. «Cuando terminé mis estudios en la Universidad de Deusto. Fue el año del cierre, en 1996. El Gobierno vasco me concedió una beca para hacer la tesis sobre la reconversión de AHV y en la UPV-EHU encontré apoyo académico para hacerlo».
Campelo explica que Altos Hornos «nos ofrece casi cien años de apasionante historia obrera vinculada a los avatares políticos y sociales del País Vasco». Sobre la ACB afirma en declaraciones a GARA que «no hay apuesta por la fabricación de acero ni en el País Vasco ni en el resto del Estado español. En la actualidad, la ACB está parada desde noviembre encadenando dos expedientes de regulación de empleo consecutivos».
Para ella, los pueblos de Ezkerraldea «sufrieron en mayor medida la crisis industrial y en la actualidad también presentan peores datos en términos de empleo. Eso es debido a que gran parte de su riqueza estaba basada en empresas como AHV o la ACB y, entre otras, La Naval». En el grupo AHV, que se extendía por Euskal Herria, llegaron a trabajar 13.000 trabajadores, la mitad se concentró en las plantas de Barakaldo y Sestao.
Cuando cerró en 1996, la factoría llegaba a los 2.500 empleados. En 1992, los trabajadores de Altos Hornos, junto a los de Ensidesa en Asturias, fueron a Madrid en la Marcha de Hierro con el objeto de impedir el cierre, pero los propios obreros relatan en el libro de Patricia Campelo que la decisión estaba tomada por el Gobierno del PSOE y algunas centrales sindicales. Entre los testimonios solo destacan el rechazo de LAB al cierre hasta el final y el de CCOO de manera más tibia. El libro también confirma que muchos de quienes se quedaron en la calle tuvieron que emigrar. A éstos nadie les pide perdón.
La Acería Compacta de Bizkaia (ACB), del grupo multinacional Arcelor Mittal, iba a ser la sucesora de Altos Hornos tras el desmantelamiento, pero solo tiene 300 trabajadores en Sestao y su futuro está en el aire.