La temporada regular acabará la próxima semana, pero la clasificación definitiva puede quedar decidida esta misma tarde. La penúltima jornada de Liga en Segunda B llega repleta de finales, a las que media docena de equipos vascos llegan con cuestiones por resolver todavía.

Este es el caso de Eibar, Amorebieta y Alavés, en la parte alta. Los azulgranas aseguraron su presencia en el play-off la semana pasada, pero necesitan sumar dos puntos en las dos últimas jornadas para certificar que lo harán como tercer clasificado. Hoy les toca probar fortuna en Las Llanas, ante un Sestao River que, sin mayores aspiraciones ni problemas, encontrará en la despedida de su afición el único aliciente de la tarde.

Lo cierto es que el único equipo que puede arrebatar el tercer puesto al Eibar no ha podido celebrar aún su clasificación para el play-off. Una tesitura en que el duelo de esta tarde redobla su valor, no en vano el Amorebieta -con Aldalur de vuelta, pero sin Gurtubai ni Larreategi- recibe a un Logroñés en dinámica espectacular, que se ha situado a solo cuatro puntos de los azules. Al equipo de Intxaurraga le toca hacer valer el factor Urritxe, donde solo ha perdido un encuentro -precisamente ante el Eibar- en toda la campaña.

El Alavés, con tres puntos menos que el Amorebieta y uno más que el Logroñés, seguirá muy de cerca lo que suceda en el estadio zornotzarra. Tampoco demasiado, porque su propio rival le exigirá bastante concentración. Aunque, afortunadamente para los albiazules, el Mirandés llega a Mendizorrotza con play-off y título de campeón asegurado. Pero también con ganas de sacarse la espinita ante el único rival que le ha ganado esta temporada en Anduva.

Filiales en apuros

Muy diferentes, pero no menos importantes, son las preocupaciones de Sanse, Real Unión y Osasuna. En menor medida las de los rojillos, con un colchón mayor -de puntos y equipos- que las dos escuadras guipuzcoanas, pero sin la posibilidad matemática aún de cantar victoria. Circunstancia que convierte casi en dramático el derbi de Zubieta, donde se enfrenta a un Sanse más obligado aún.

Pese a que los donostiarras culminaron la semana pasada su remontada con una victoria frente a otro rival directo como la Gimnástica, todavía se encuentran demasiado cerca del puesto de promoción -un punto-, e incluso del descenso directo -cuatro por debajo-. Las dos escuadras afrontan la cita con bajas importantes. Enrique Martín recupera a Eslava, pero no podrá contar con Satrustegi, Manu y Loé, convocados con el primer equipo. En el caso del Sanse, que recupera a Errasti, las sanciones dejan a Meho Kodro sin Gaztañaga, Beitia, Etxabeguren y, por segunda semana consecutiva, Mandaluniz.

Lo mismo le sucede a Roberto Olabe con Santos y Hugo Álvarez, condenados a perderse el partido del año. Y es que si el Real Unión gana, podría incluso conseguir la permanencia matemática. De la misma manera, si pierde, el perjuicio podría ser doble. No solo podría caer -a expensas de otros resultados- en el puesto de promoción, o quedar peligrosamente cerca del descenso directo, sino que además perdería de vista a su rival de esta tarde, la Gimnástica, de la que ahora mismo solo le separa solo un punto.

A Real Unión, Sanse y Osasuna podría echarles una mano el Bilbao Athletic, que visita al Palencia sin la más mínima presión clasificatoria. El Lemona, por su parte, viaja a Segovia para enfrentarse a otro equipo ya descendido.

BESANÇON