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Los acusados por el 11-S rechazan responder al juez en el inicio del juicio

Los acusados por los atentados por el 11-S recluidos hace seis años en la base de Guantánamo rehusaron responder al juez militar, en protesta por las torturas que han sufrido. Solo uno de ellos gritó que EEUU quiere hacer pasar su muerte por un suicidio.

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Los cinco acusados de los atentados del 11 de Setiembre, que llevan casi seis años recluidos en la base militar de EEUU en Guantánamo, comparecieron ayer ante un tribunal militar y, en protesta por el trato que reciben en la prisión, se negaron a contestar a las preguntas del juez de la comisión militar, que podría condenarlos a muerte.

El abogado David Nevin indicó que el motivo del silencio de su cliente era en protesta «por la tortura que se le ha impuesto». Nevin se mostró extremadamente preocupado por la equidad el juicio.

Vestidos de blanco, algunos con un turbante, guardaron silencio casi toda la mañana, y fueron mantenidos a cierta distancia unos de otros.

Solo el yemení Ramzi bin al Shibh, gritó en medio de la preparación de su juicio que Estados Unidos le quiere matar y luego hacer pasar su muerte por un suicidio.

Al Shibh gritó en inglés: «A lo mejor no me vuelven a ver nunca más. Quizá nos maten y digan que nos hemos suicidado. La era de Gadafi ha terminado, pero no en esta base», antes de que el juez de la comisión militar, James Pohl, le llamase al orden.

«La acusación está lista en el caso de Estados Unidos contra Khaled Cheikh Mohammed», declaró al fiscal principal, el general Mark Martins. «El acusado rechaza responder», repitió una vez tras otra el juez militar James Pohl, por cada uno de los acusados.

Los acusados de la preparación y ejecución de los atentados del 11 de setiembre de 2001 en Nueva York, Washington y Shanksville, comenzaron a rezar durante la vista que tiene como fin poner las bases para el inicio de su proceso, aunque la jornada se atascó en detalles como la traducción al árabe o incluso la vestimenta que deseaban llevar los reclusos.

Los abogados indicaron que los acusados rechazaron colocarse los auriculares para escuchar la traducción porque les recordaban las torturas sufridas.

Censura en la señal

Cuando habían pasado ya 25 minutos desde el inicio de la vista se cortó la señal de vídeo y audio que recibían los periodistas que siguen el juicio, ya que un abogado de Walid bin Attash mencionó algo considerado información clasificada. La sesión se transmite con un retraso de 40 segundos y los periodistas se encuentran tras un cristal que impide el paso de sonidos.

Bin Attash, también yemení, llegó a la sala en una silla con cadenas porque se había negado a participar, pero los grilletes le fueron retirados cuando un abogado militar aseguró que no interrumpiría la sesión. El propio Bin Attash y un paquistaní, Abd al Aziz Alí, rezaron de pie en medio de la sala.

Los cinco acusados llevan años encerrados en la prisión militar de Bahía de Guantánamo y denuncian haber sido objeto de torturas para que confesaran su implicación en los atentados. Todos ellos permanecieron tres años en prisiones secretas de la CIA antes de ser trasladados en 2006 a la prisión de Guantánamo.

La propia agencia estadounidense ha reconocido que Mohamed fue sometido a simulación de ahogamiento hasta en 183 ocasiones.

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