El PP da por agotado el pacto con el PSE
Los objetivos y lo objetivo
Cuando el lehendakari, Patxi López, plantea la disyuntiva de si lo que la ciudadanía vasca necesita es una pelea por las elecciones o que se defiendan sus principios, debería recordar que un 77% tiene poca o ninguna confianza en él.
Iñaki IRIONDO
Si el lehendakari no se engaña a sí mismo, debería tener el respeto de no intentar hacerlo con la ciudadanía. Si se cree lo que dice, alguien de su entorno debería devolverlo a la realidad y llevárselo a casa.
Tomemos como falta leve la afirmación de que podrá seguir gobernando, porque aceptamos que anunciar ayer que convocará elecciones para otoño le colocaba en una situación aún más vulnerable. Por contra, fijémonos en su autoevaluación de los tres años de mandato y su afirmación de que ha cumplido los objetivos fijados en el pacto con el PP.
El primer objetivo era «combatir el terrorismo y conquistar la libertad y la convivencia». Y el lehendakari se atribuye que «hemos conseguido que ETA abandone definitivamente sus actividades terroristas». Lo objetivo, en esta materia, es que a la mayoría, cuando se ponen en conjunción el fin de la actividad armada de ETA y Patxi López, la imagen que le aparece es la de un tren a 7.000 kilómetros de Euskal Herria.
El segundo objetivo era -según dice- el de defender el autogobierno y romper con la dinámica del «todo o nada» y la confrontación con el Gobierno español para sustituirla por la colaboración. Lo objetivo es que el Ejecutivo de Zapatero le ninguneó y fue el PNV quién negoció y consiguió las transferencias. Y objetivo es también que contra el Gabinete de Mariano Rajoy va a tener que resucitar el camino del recurso al TC que sus antecesores jeltzales habían aparcado hace años.
En cuanto al tercer objetivo, la defensa del Estado del Bienestar, lo objetivo es que la actual vena izquierdista no se le manifestó tal mientras en La Moncloa estuvo el PSOE y la tijera la aplicaba por imperativo de Madrid y de Europa, eso que ahora considera tan denunciable.
Dice Patxi López que los tiempos no están para entrar en peleas sobre si deben adelantarse las elecciones, sino para defender a la ciudadanía. El problema es que la ciudadanía no quiere que la defienda él. Según datos del Euskobarómetro, el pacto que firmó con el PP arrancó disgustando al 65% de los encuestados, y la desconfianza en que su Gobierno sea capaz de solucionar los problemas del país ha ido creciendo hasta el 77% del último sondeo. Si eso era así cuando tenía garantizada la mayoría absoluta, imagínese ahora con apenas 25 escaños de apoyo y los otros 50 pensando en la mejor forma de hacerle la vida imposible.