«El Ejército está en su pleno derecho y obligación de actuar cómo, cuándo y dónde considere necesario para cumplir con su obligación y adiestramiento». De este modo respondió ayer en el Senado español el ministro de Defensa, Pedro Morenés, a los requerimientos lanzados por Amaiur y el PNV para que rechazase las maniobras militares realizadas en Elgeta el pasado 24 de abril. Ambas formaciones le instaron a desautorizar un despliegue que coincidió con el 75 aniversario de la masacre perpetrada por las tropas franquistas en el municipio vasco. Sin embargo, a juicio de Morenés estas actividades ni siquiera merecen el calificativo de «maniobras», sino que constituyen «el paso de 30 soldados en una marcha». Para el titular de Defensa, no hay problema ni en los hechos ni en la fecha elegida, sino solo en las «connotaciones» que han generado en Euskal Herria.

Según la versión de Morenés, lo único que hicieron los militares españoles fue un «mero ejercicio» rutinario que no implicó «ninguna actividad peligrosa» para los vecinos y que trató de llevarse a cabo importunando lo menos posible a los residentes.

Caserío Antsuategi Bazterrekoa

Tampoco le preocupó al ministro que la familia del propio Unamunzaga sufriese en primera persona el castigo infligido por las tropas fascistas hace 75 años. El senador abertzale relató que su bisabuelo fue muerto en el caserío Antsuategi Bazterrekoa, propiedad de su familia, mientras que un hermano de su abuela presenció cómo fusilaban a otras siete personas. «Es imposible que se pueda alegar un desconocimiento porque se habían organizado diversos actos y la presencia en los medios era recurrente», aseveró.

«Toda esta triste historia nada tiene que ver con la realización de un ejercicio normal para preparación de fondo para hacer las misiones que se encomiendan», respondió el ministro, que defendió el carácter «democrático» de la Fuerzas Armadas españolas y alabó su papel «en la defensa de los derechos huma- nos», tanto en el Estado como en el exterior.

Al ser interrogado por la idoneidad de la fecha elegida, Morenés esgrimió que sería imposible «encontrar un solo día del año en el que no se haya combatido a lo largo de la historia en el pueblo y en sus proximidades solo en los últimos 220 años».