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Dos forenses difieren en el análisis de los ataúdes de bebés exhumados

Para el doctor Pako Etxeberria es posible que los restos de un bebé puedan desaparecer con el transcurso del tiempo, mientras que su colega Luis Miguel Querejeta no comparte esa opinión y defiende que lo «razonable» es concluir que en esos ataúdes nunca hubo huesos.

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Los forenses Pako Etxeberria y Luis Miguel Querejeta expusieron ayer sus diferentes conclusiones sobre la supuesta trama de robo de bebés ante la comisión de investigación puesta en marcha en el Parlamento de Gasteiz para analizar este delicado asunto que, según los afectados, podría extenderse desde 1940 hasta 1990.

Etxeberria, profesor de Medicina Legal en la EHU-UPV y presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, declaró que es «prácticamente imposible» que en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa haya habido robos de bebés, si bien afirmó que sí se han producido «irregularidades administrativas» e incluso prácticas que «no eran completamente legales» en algunas adopciones, pero siempre en casos en los que las mujeres «querían entregar a sus hijos». Tampoco descartó la compraventa de recién nacidos a madres que, por ejemplo, no iban a poder atenderles.

El reputado forense reconoció que puede equivocarse y apuntó que, si se demostrara lo contrario, supondría su «mayor decepción», porque el robo de seres humanos es «el crimen más grave».

Respecto a las exhumaciones, puntualizó que, si bien no se hallaron restos humanos completos, esto no tiene por qué ser extraño, puesto que el escaso grado de desarrollo de un bebé hace que, con el tiempo transcurrido, el cadáver se pueda descomponer casi por completo.

Añadió que en algunos casos se han encontrado pulseras u otros objetos, así como restos biológicos, que podrían apuntar a que los recién nacidos fueron enterrados. Etxeberria puntualizó que no es lo mismo decir que no había restos humanos, que decir que no había restos o que el féretro estaba vacío.

No compartió esta tesis Luis Miguel Querejeta, jefe del Servicio de Patología del Instituto Vasco de Medicina Legal. Según explicó, en dos exhumaciones a las que ha asistido no se han detectado restos óseos, algo ante lo que la única «conclusión razonable» es que en esos ataúdes nunca llegó a haber huesos.

Querejeta señaló que en estos casos no existía ninguna circunstancia -atmosférica o de otro tipo- que pudiera justificar la «completa desaparición» de los huesos, que con el paso del tiempo «sufren un proceso de degradación» pero «no desaparecen».

Queja contra cierta prensa

Una quincena de asociaciones de bebés robados del Estado español, entre las cuales están las organizaciones vascas, han emitido un comunicado en el que muestran su «repulsa ante el abuso que de nuestra causa se está haciendo por parte de algunos medios de comunicación».

Estos colectivos se declaran «muy agradecidos» por la función de altavoz realizada por la prensa, pero subrayan que «cuestión bien diferente es el dolor y el descrédito que nos produce que para abrir debates acalorados o subir los índices de audiencias, algunos medios de comunicación permitan a personas completamente desinformadas o, lo que es peor, malintencionadas opinar, discutir e incluso mentir sobre nuestras propias desgracias».

Casos en Lea-Artibai

Por otro lado, la Asociación Ahaztuen Oroimena denuncia la indefensión de tres familias de la comarca vizcaina de Lea-Artibai ante las trabas con las que se están encontrando para esclarecer sus respectivos casos.

Dos de ellas, de Markina-Xemein, sospechan que en 1973 dos bebés que fueron dados por muertos en centros médicos de Bilbo fueron realmente robados, mientras que la tercera denuncia, de Etxeberria, es un caso de adopción irregular en el año 1975.

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