El Gobierno navarro ha optado por una opción salomónica para sanear sus cuentas. La bajada de los ingresos en un primer trimestre nefasto para la economía navarra, que ha visto cómo todos sus indicadores se desplomaban a una velocidad bastante mayor que la del resto del Estado, le obligaba a replantearse los presupuestos. Necesitaba reducir el déficit en 53,9 millones de euros y, finalmente, han decidido subir los impuestos y aflorar dinero sumergido hasta recaudar la mitad del ajuste (27 millones) y reducir los gastos en otros 26,9. Las medidas que más resaltan son tres: el aumento de las horas de los funcionarios en diez minutos al día, la aplicación del céntimo sanitario y el plan de incentivación para que aflore el dinero negro, que sustituye a la amnistía fiscal.

Roberto Jiménez y Yolanda Barcina firmaron el pacto ayer, ante toda la prensa, asegurando que es un «gran acuerdo» para capear la recesión. Sin embargo, el último párrafo de los 15 folios de los que consta el pacto le da un aire de transitoriedad ya que dice textualmente: «bimestralmente se hará una actualización económica de las previsiones presupuestarias y, en caso de ser necesario, se acordarán las medidas oportunas».

Una de las medidas que afectarán en breve a los bolsillos navarros es la aplicación del denominado céntimo sanitario, es decir, encarecer el precio de la gasolina. En realidad, ni va a ser un céntimo (van a ser 2,4 céntimos) ni va a ser sanitario, ya que lo recaudado no va a acabar en la financiación de Osasunbidea. El Gobierno navarro ha decidido eximir de esta tasa a los transportistas. El cálculo aproximado es que, mediante esta vía, el Gobierno conseguirá una inyección de ocho millones.

El grueso del recorte en el gasto va a repercutir sobre el funcionariado. Por un lado se mantienen, cuando no aumentan, las draconianas normas de sustitución de las bajas y las excedencias y se mantiene el eximio ratio de reposición de plazas que se jubilan. Esto permitirá ahorrar 25 millones de euros. No se ha cifrado el ahorro que supone el aumento del horario de los funcionarios a 37,5 horas. Según Jiménez (que hasta ahora se oponía a esta ampliación), esta medida no va a suponer ninguna pérdida de empleo entre los sustitutos, ya que se empleará para «reducir las listas de espera» y las horas extras. En este punto, cabe apuntar que el ratio de empleo temporal, por ejemplo, en Osasunbidea roza el 50% de sus 9.000 trabajadores.

Incentivos, pero no amnistía

Jiménez consiguió en la negociación desbaratar la intención de UPN de aplicar la amnistía fiscal en Nafarroa. El consejero de Economía había calculado que la amnistía supondrá unos ingresos de 40 millones. Ahora, con el nuevo modelo que se aplicará -incentivar las devoluciones para luego endurecer las penas- los resultados se reducirán a 14 millones. La propuesta es que, quien quiera regularizar el dinero negro, podrá hacerlo durante unos meses evitándose el 90% de la multa y el 20% de los intereses. La deuda contraída, de esta forma, tendrá que devolverse así íntegramente. Además de este incentivo, se advierte de que, una vez finalice el plazo para regularizar el dinero, las multas se incrementaran entre un 70% y un 180%. La amnistía fiscal del PP es muy distinta, ya que el Estado plantea perdonar el 90% de la deuda contraída con la Agencia Tributaria. Resulta significativo que UPN viera posible que aflorasen 400 millones de euros si se aplicaba la amnistía del PP y que la actual iniciativa destape solo los 14 millones que prevé recaudar.

Completa la lista de nuevos ingresos la modificación del Impuesto de Sociedades, cuyo incremento supondrá otros tres millones de euros. Barcina aseguró que todo esto son estimaciones y recordó que el motivo de esta batería de recortes y del aumento de los impuestos responde a que sus previsiones de principio de año fallaron. En consecuencia, la presidenta no cerró la puerta a nuevos ajustes. «Es mejor hacerlo así que vernos en la situación del año pasado», recordó Barcina, haciendo referencia al recorte de 190 millones de setiembre del pasado año, cuando necesitaron cuadrar las cuentas a última hora.

Menos dinero, mismo rumbo

El nuevo acuerdo entre UPN y PSN también contempla un plan para reactivar la economía y el fomento del empleo. Sin embargo, no trae novedades. Para el Gobierno, la piedra angular del crecimiento sigue siendo el TAV y se han comprometido a acelerar las obras. En este sentido, además de continuar con la construcción de las vías, se impulsará también la eliminación del bucle ferroviario y la estación, así como las obras del PSIS. Las tres actuaciones comprometerán el grueso del gasto de su plan de impulso a la economía.

Por otro lado, los socios del gobierno también se han comprometido a desarrollar o facilitar cuanto antes el inicio de las obras de los dos nuevos centros de Formación Profesional (el de Donapea y el de Salesianos).

En último término, UPN y PSN confían en que el nuevo centro de investigación biomédica de la universidad del Opus Dei comience cuanto antes ya que la inversión supera los 200 millones. Por ello, facilitarán al máximo los trámites.