La guerra contra el narcotráfico en México ha causado miles de desaparecidos, especialmente en el norte del país, donde las familias se hacen cargo de las investigaciones de búsqueda, sin ayuda de las autoridades.

Víctor Rodríguez, originario de Tijuana (noroeste), desapareció en 2009 cuando volvía a casa del trabajo con su jefe.

La familia presentó una denuncia, pero fue en vano. «Llevas las investigaciones, te conviertes en detective. Lo único que impulsa la investigación son los elementos que tú mismo aportas a las autoridades. No responden a tus llamadas, no se comunican contigo. Debes estar todo el rato detrás de ellos».

Juan Lopez, consejero de la asociación Fuerzas Unidas por nuestros Desaparecidos en México (FUNDEM), que incluye a cientos de familias de desaparecidos de todo el país, dice que las autoridades «no hacen nada por miedo (a la delincuencia organizada), por colusión o por ambas razones».

Ayer, día de la madre en México, cientos de personas marcharon en la Ciudad de México para exigir la activación de las investigaciones sobre los desaparecidos.

«Vivos se los llevaron, vivos los queremos» fue uno de los lemas principales de los manifestantes que salieron a las calles con las fotos de sus familiares.

Desde noviembre de 2006 más de 50.000 personas han muerto en México, según datos de la prensa, a causa de la violencia relacionada con el tráfico de drogas, desde que el presidente Felipe Calderón declarase la guerra al narcotráfico, con el apoyo militar.

En lo referente a los desaparecidos, no hay un recuento oficial. En abril de 2011 la Comisión Nacional de Derechos Humanos estimó que desde 2006 el número de desaparecidos era de unos 5.000, aunque, se cree que la cifra es mayor. López por su parte, aseguró que la cifra está más cerca de los 10.000 que de los 5.000, según «cálculos aproximados».