Los islamistas argelinos denuncian «manipulación» en la victoria del FLN
El Frente de Liberación Nacional (FLN) del presidente, Abdelaziz Bouteflika, se impuso en los comicios argelinos con una amplia ventaja aunque sin alcanzar la mayoría absoluta, mientras los islamistas moderados sufrían un revés al aspirar a la segunda posición y quedar finalmente en tercer lugar. Los islamistas denunciaron una «manipulación» de los resultados que expone al país a «peligros» que no especificaron.
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El gubernamental FLN ha sido el vencedor de las elecciones legislativas de Argelia, las primeras tras el estallido de la Primavera Árabe, en las que los islamistas moderados de la Alianza Verde, que denunciaron «una gran manipulación» de los resultados, sufrieron un importante retroceso en el número de votos. La participación fue del 42,9%, según las autoridades, casi nueve puntos más que en 2007, cuando se quedó en el 35,67%, aunque fuentes independientes la rebajaron hasta el 20%.
El índice de participación superó las expectativas dado el desinterés mostrado por los argelinos durante la campaña. El porcentaje de asbtención, 80,16%, fue especialmente llamativo en la capital de la Kabilia, Tizi Uzu, donde la Asamblea de la Cultura y la Democracia (RCD) mantuvo su boicot. En Argel, se situó en el 69,1%.
El resultado del FLN, con un 47,6% de los votos que le dejó a las puertas de la mayoría absoluta, supone una importante mejora respecto a las elecciones de 2007, en las que obtuvo el 35%. En estas elecciones, convocadas en el marco de las reformas auspiciadas por el régimen para sortear las revueltas árabes, ha conseguido 220 de los 462 escaños.
Para el ministro de Interior, Daho Uld Kablia, «el pueblo en 1991 votó un castigo contra el FLN; en 2012, es un voto refugio a favor del FLN». Se refería a la eventual victoria del Frente Islámico de Salvación (FIS) truncada por la anulación de las elecciones por parte del Ejército, que sumió al país en una guerra civil que costó 200.000 vidas.
Tras el FLN se situó la Asamblea Nacional Democrática (RND), una fuerza subsidiaria laica liderada por el primer ministro, Ahmed Uyahia, que contará con 69 diputados (14,71%).
Ambas formaciones mantienen una alianza gubernamental desde 2004 que ahora podrán reeditar con mayoría absoluta.
En tercera posición se situó Argelia Verde, la alianza conformada por el islamismo político tolerado y fomentado por Bouteflika como alternativa al proscrito FIS. Según Kablia, Argelia Verde logró 48 escaños al obtener el 8,65 % de los votos, frente al 15% que sumaba hasta ahora.
«Aumento ilógico»
Ante estos resultados, la coalición islamista moderada integrada por el Movimiento Social por la Paz (MSP), que se unió a la oposición en vísperas de la cita electoral pese a contar con cinco ministros, Al-Nahda (Renacimiento) y Al-Islah (Reforma), denunció «una gran manipulación de los resultados» en un comunicado del director del campaña electoral de la alianza, Abdel Razeq Muqri.
«Estamos convencidos de que ha habido una gran manipulación de los resultados reales anunciados en las provincias, así como un aumento ilógico de los resultados a favor de los partidos de la Administración», aseguró Muqri en una nota difundida por la página web oficial de la alianza.
Muqri, que responsabiliza de lo ocurrido al presidente, Abdelaziz Bouteflika, insistió en que los resultados contradicen el espíritu de las reformas políticas que arrancaron en año pasado y «expone al país a peligros» que no especificó y sobre los que dicen no asumir ninguna responsabilidad.
Argelia Verde había expresado durante la mañana de ayer su convencimiento de que serían la segunda fuerza en la asamblea tras el FLN, según los indicios recogidos por sus observa- dores en los colegios electorales. En el transcurso de la campaña mostró incluso su convencimiento de que sería la primera fuerza electoral, tras las victorias islamistas en Túnez, Marruecos y Egipto.
Por detrás de la alianza islamista quedó, con 20 escaños, el Partido de los Trabajadores.
La escalada de violencia en Siria está llevando al país a una situación que algunos analistas comparan con la que se vivía en Argelia en los años 90, antes de que el Ejército suspendiera las elecciones legislativas que el Frente Islámico de Salvación (FIS) iba a ganar y hundiera al país en una guerra civil que dejó 200.000 muertos.
Khattar Abu Diab, politólogo de la Universidad de París-Sud, declaró a AFP que «el ciclón de la guerra civil se está llevando por delante a Siria, ante los ojos de una comunidad internacional que no asume sus responsabilidades » y agregó que no hay alternativa al plan de paz de Kofi Annan, a pesar de las continuas violaciones del alto el fuego, por lo que ve a Siria en «un callejón sin salida». La diversificación de las formas de violencia, con atentados, ejecuciones de civiles y combates armados incluso en la capital, según Diab, recuerda a la situación de «Argelia de los años 90, donde la gente se preguntaba quién estaba detrás de la violencia sin obtener respuesta». Ayer mismo tuvo lugar en Alepo una explosión y un tiroteo ante la sede del partido Baath, provocando al menos un muerto. Algunos expertos creen que el régimen sirio explota la incertidumbre sobre los verdaderos responsables de los atentados para convencer de la autoría de Al-Qaeda, los servicios secretos extranjeros o los países del Golfo. Pero Paul Salem, director del Centro Carnegie para Oriente Medio, apunta que «la revolución siria no tiene nada que ver con Al-Qaeda o los países del Golfo». A su juicio, el régimen «provocó una guerra desde el inicio de las protestas y con el tiempo va a sufrir las consecuencias». Salem afirma que la situación siria es compleja porque combina dos dinámicas: la rebelión contra el régimen de Bashar al-Assad y las tensiones entre las comunidades suní y alauí. GARA
Los electores de la Kabilia otorgaron siete escaños al Frente de Fuerzas Socialistas (21 en total), la formación opositora más antigua, que regresó al terreno electoral tras poner fin a diez años de boicot y que superó al resto de partidos en la región.
