Las fuerzas izquierdistas griegas se acusan entre sí por el desacuerdo
Los últimos intentos del presidente griego para formar un Gobierno no lograron su objetivo y derivaron en duras descalificaciones entre dos formaciones izquierdistas teóricamente cercanas. Fue una última tentativa para convencer a los partidos políticos de formar una coalición de gobierno y evitar así nuevas elecciones que podrían llevar al país a la quiebra y a la salida de la zona euro, algo con lo que ya cuentan numerosos medios europeos.
GARA | ATENAS
El jefe de Estado organizó por la mañana una reunión con los tres partidos más votados en las elecciones del domingo anterior, el conservador Nueva Democracia, la izquierda radical contraria a las medidas de austeridad Syriza, y el socialdemócrata Pasok. A lo largo de la semana, cada una de estas formaciones fracasó al intentar formar una coalición de gobierno viable.
La reunión matutina finalizó tras una hora y media. «Las consultas siguen», declaró el líder conservador Antonis Samaras, tras esta primera serie de conversaciones.
El líder de la izquierda radical, Alexis Tsipras, indicó que la formación Izquierda Democrática (su propia escisión) había acordado integrar un gobierno de coalición de dos años que excluía a su partido.
Sin embargo, Izquierda Democrática calificó poco después de «calumnia» la declaración del líder de Syriza. «Esto es una vergüenza (...) es una calumnia y una mentira», dijo el partido, considerado por algunos observadores como la última oportunidad para lograr una coalición que evite la repetición de las elecciones que podrían colocar a Grecia ante un futuro incierto, cuando menos.
El líder del Pasok, Evangelos Venizelos, declaró a los medios de comunicación tras la reunión que no le quedaba más que un «limitado optimismo» y que la situación seguía en un «callejón sin salida».
El conservador Samaras señaló que Syriza, opuesta a las medidas de ajuste adosadas al plan de rescate de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) firmado por Grecia, se negó a sumarse o apoyar una coalición gubernamental, incluso con el compromiso de «renegociar» el acuerdo. «Me he esforzado todo lo posible en asegurar una cooperación universal», dijo Samaras a la prensa. «Syriza no sólo se niega a aceptar la formación de un gobierno viable, sino que también se niega a dar un voto de confianza a un gobierno que renegociara los términos del acuerdo de rescate», agregó.
Reuniones vespertinas
El presidente Papulias se entrevistó por la tarde con los líderes de los demás partidos griegos, incluido el neonazi Amanecer Dorado. La mayoría de ellos se oponen también al duro «plan de rigor» impuesto por la UE y el FMI a cambio de un multimillonario plan de rescate.
El pasado sábado, el presidente Papulias había estimado que había «señales ínfimas de optimismo» para la formación de un gobierno entre los conservadores, los socialdemócratas y el pequeño partido de izquierda proeuropeo Izquierda Democrática (Dimar), una coalición que sumaría 168 de los 300 escaños del Parlamento.
El líder de Dimar, Fotis Kuvelis, manifestó sin embargo que tenía «muy pocas esperanzas», en una entrevista a la televisión antes de la reunión de la mañana de ayer.
Syriza sería el partido más votado con un 20,5% de los votos, y adelantaría así al conservador Nueva Democracia, formación mayoritaria en el actual Parlamento, según un sondeo elaborado por Kapa Research para el diario «Vima».
Los periodistas griegos decidieron ayer permanecer sentados, incluso en el suelo, a la llegada del líder neonazi Nikolaos Mijaloliakos a la reunión con el presidente, Carolos Papulias, en protesta por el trato recibido el domingo anterior durante una rueda de prensa tras la jornada electoral. En aquella ocasión, un militante de esa formación obligó a ponerse de pie a los periodistas que cubrían la rueda de prensa para «mostrar respeto» a su líder y conminó a abandonar la sala a quienes no lo hicieran. Además, la web del partido publicó amenazas contra una periodista helena. GARA