Salhaketa pone en evidencia las «nefastas» condiciones de vida de los presos en Zaballa
El portavoz de Salhaketa, César Manzanos, compareció ayer en Gasteiz para mostrar, una vez más, las deficiencias detectadas en Zaballa. Una prisión «deshumanizada», inaugurada hace apenas cinco meses, donde comienzan a darse los primeros casos de «masificación».
Ion SALGADO | GASTEIZ
Las condiciones de vida de los presos y presas sociales internos en los penales alaveses se agravan conforme pasan los meses. Así lo afirman los responsables de Salhaketa, que ayer presentaron un nuevo informe donde se detallan las «nefastas» condiciones en las que se encuentran las 600 personas que cumplen condena en Zaballa, así como las 100 que pasan sus días en la antigua prisión de Langraiz, reconvertida en un centro de tercer grado.
En una rueda de prensa ofrecida en Gasteiz, el responsable de esta asociación, César Manzanos, denunció la «masificación» que se cierne sobre la nueva instalación penitenciaria. Explicó que, tal como relatan los propios internos, los responsables de Zaballa han creado un «régimen de primer grado encubierto, utilizando los módulos ordinarios como microcárceles de aislamiento».
Unos centros autónomos en el seno de la propia prisión que cuentan con diferentes limitaciones vinculadas a la prestación de servicios sanitarios y alimentarios. A este respecto, cabe destacar los problemas relacionados con la higiene personal de los presos, que lavan a mano sus ropa interior.
Asimismo, Manzanos destacó la escasa movilidad de la que disponen los reclusos, que realizan buena parte de las actividades en los propios módulos. «En general, las personas presas, los familiares y las personas consultadas que trabajan allí consideran que todo resulta muy inhumano e impersonal», señaló.
Según explicó el responsable de Salhaketa, dicha «deshumanización» se agrava por el emplazamiento del penal, situado en el término municipal de Iruña Oka, a diez kilómetros de la capital alavesa. A su parecer, la marcrocárcel está «aislada de la sociedad», ya que no existe un servicio de transporte público que comunique el centro penitenciario con la ciudad.
En este sentido, lamentó que, mientras no se alcance un acuerdo entre la Diputación de Araba y el Gobierno español, aquellas personas que no cuentan con un vehículo privado deberán desplazarse hasta la localidad de Iruña Oka para poder tomar un taxi subvencionado que les acerque hasta la nueva prisión.
Riesgos laborales
Por otro lado, el responsable de Salhaketa presentó una nota técnica, redactada el pasado mes de febrero por el propio Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, en la que se evidencian una serie de «anomalías que constituyen graves riesgos» para la seguridad de los trabajadores de Zaballa.
En el citado informe, los técnicos exponen un decálogo de riesgos y deficiencias aflorados durante una visita a la macrocárcel. Entre otros puntos, cabe destacar la «deficiente limpieza» evidenciada en las cabinas de control de los accesos exteriores y los problemas vinculados a las «condiciones ambientales».
En lo referente a esta última deficiencia, los técnicos afirman que los trabajadores de la cocina están sometidos a temperaturas «extremas» que no superan los doce grados. Algo similar ocurre en las cabinas de control de funcionarios, que cuentan con una sistema de climatización «insuficiente».
En la nota se critica la mala ubicación de los extintores y la falta de señalización en la zona de tránsito de peatones, entre otras cuestiones.
Durante su intervención, César Manzanos criticó la situación que viven los cien presos internos en la vieja cárcel de Langraiz, reconvertida en un centro de tercer grado.
Según explicó, la falta de servicios básicos y el internamiento conjunto de presos sociales de diferentes categorías puede crear problemas en un futuro. Es más, tal como afirmó, algunos internos han mostrado su preocupación, por lo que no descartan que el viejo penal pueda convertirse en «un polvorín».
«La sensación de las personas allí recluidas es la de sentirse totalmente condenadas al ostracismo, sin actividades, sin servicios», concluyó Manzanos. I.S.
El próximo miércoles, 23 de mayo, una representación de Salhaketa comparecerá ante el Parlamento autonómico para denunciar los defectos advertidos por la agrupación en el nuevo penal de Araba.
César Manzanos denunció que las presas internas en la macrocárcel han manifestado a Salhaketa su preocupación por la existencia de numerosas peleas.