Iñigo Melchor, médico de cabecera del ambulatorio central de Barakaldo fue rotundo en declaraciones a GARA con su afirmación: «Cuando más asistencia sanitaria se necesita por el efecto negativo de la crisis económica, se practican más recortes que nos perjudican a todos. Han emprendido un camino en sentido contrario que no es entendible». Así de contundente se expresó ante la protesta que colectivos sociales y sindicales llevaron a cabo a las puertas del centro sanitario. En el encuentro estuvieron presentes asociaciones de vecinos, Asamblea de Parados, Barakaldoko Gazte Asanblada, Berri-Otxoak, Centro Asesor de la Mujer «Argitan» y representantes de las centrales sindicales ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, CGT Y CNT.

Un ir y venir de gente demostró que la afirmación del médico de cabecera no está hecha en vano, pero garantizó que los poderes políticos no quieren apuntar al sitio debido para obtener más recursos que impidan recortar servicios esenciales y universales en sanidad, que se habían alcanzado por la presión y la lucha años atrás.

En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa la sanidad es universal desde 1988. Un ejemplo que se adoptó al resto del Estado español, años después, pero sobre el que el Gobierno del PP ha dado marcha atrás para perjudicar a quienes menos tienen. El Ejecutivo de Gasteiz (PSE), que dice que no aplicará los recortes, «sí los ha practicado, porque en el presupuesto de 2012 se ha ahorrado 140 millones en Educación y Sanidad», según denunciaron los colectivo sociales en Barakaldo.

Melchor explicó, por otro lado, que la crisis económica genera en las personas consecuencias que provocan un malestar y dolencias. «Aumenta la depresión y la ansiedad», expresó, pero añadió que tiene efectos dañinos sobre «enfermedades orgánicas, porque hay un aumento de la tensión arterial. Hay más riesgo cardiovascular; un infarto, para que nos entienda todo el mundo», precisó.

Por otro lado, explicó que en doce años de medicina que tiene a sus espaldas, «ha habido dos pacientes en un corto espacio de tiempo que le han solicitado una medicación más barata, porque no podían pagarla».

Pero, además, el facultativo Iñigo Melchor manifestó que la crisis económica está afectando al absentismo laboral porque «aunque la población sufre más, cada vez es más amplio el porcentaje de personas que rechazan la baja laboral por temor a perder un empleo. Antes eso ocurría de vez en cuando, pero en estos momentos esa situación se produce con frecuencia. Es sensiblemente más alta esa incidencia de acudir al trabajo sin estar en plenas condiciones de salud», precisó.

128% más de paro

Los temores no son de extrañar, porque en Barakaldo, como expresaron los organismos sociales y sindicales, «hemos visto cómo se ha incrementado en un 128% las cifras del paro desde el inicio hace cuatro años de la actual crisis económica». Desde 2008, la lista del desempleo se ha rellenado con 5.181 personas más que se han quedado sin trabajo. En estos momentos, existen 9.240 personas en paro, lo que supone cerca del 20% de la población activa, muy por encima de la media vasca que se encuentra en el 15,8%.

Además, en esta gran población, los desahucios aumentaron en un 32%. Sólo en 2011 se quedaron sin vivienda 203 familias. Todo ello incide en la salud de cada persona, como remarcó Melchor. También recordó que a los médicos estos recortes les provocan «una atención más dispersa y aumentos del ritmo de trabajo, que perjudican directamente la calidad del servicio sobre la salud».

Los colectivos sociales y sindicales recordaron a las puertas del ambulatorio central Zaballa de Barakaldo que «los continuos recortes en los derechos laborales y sociales, ascenso del desempleo y los desahucios hacen que se acreciente el número de consultas en los centros de salud del municipio. Porque las personas que sufren a diario la precarización social sufren múltiples patologías asociadas como la depresión, insomnio, estrés, ansiedad. Los problemas cardiovasculares, musculoesqueléticos, respiratorios y digestivos han aumentado notablemente entre las personas que han perdido su empleo». Pero, lo que es más grave, según expresaron, es que «esa cruda realidad se traduce en una tasa de mortalidad de un 20% superior entre las personas sin empleo que en el resto de la población».