Merkel desvincula su política europea de la «amarga derrota» electoral
La canciller alemana, Angela Merkel, ha visto debilitada su posición con la debacle electoral del domingo en Renania del Norte-Westfalia. Merkel reconoció una «derrota dolorosa y amarga» y llegó a insinuar su disposición a negociar con la oposición sobre la adopción de medidas de impulso al crecimiento económico. Pero se apresuró a desvincular el resultado electoral de su política europea aferrada a la austeridad, que sigue manteniendo como eje.
GARA | BERLÍN
La autoridad de la canciller alemana, Angela Merkel, en Europa se ha debilitado tras la histórica debacle electoral sufrida el domingo por su partido, la CDU, en el estado regional más poblado de Alemania, Renania del Norte-Westfalia.
A la vez, la oposición socialdemócrata del SPD se ha visto reforzada para reclamar un cambio en la política de austeridad de la canciller. Merkel ya ha tenido que escuchar la misma petición de otros miembros de la zona euro, sobre todo del nuevo presidente de francés, François Hollande, que ha utilizado en campaña el reclamo de la necesidad de impulsar el crecimiento económico junto a la austeridad que promueve el pacto presupuestario europeo.
El decepcionante resultado se produce justo cuando Merkel debe recibir hoy a Hollande, en el que será su primer encuentro.
Según el politólogo Peter Losche, de la Universidad de Gottingen, Merkel se encuentra «atrapada», pero ante las elecciones federales del año que viene la austeridad no parece un asunto que le vaya a restar votos, toda vez que sigue siendo respaldada por un amplio número de alemanes.
«Derrota dolorosa y amarga»
Con todo, la canciller reconoció una «derrota dolorosa y amarga», pero siguió aferrándose a que su política no se verá afectada, indicando que ambos temas no tienen relación. Merkel procuró pasar página a la derrota lo más rápidamente posible para volver a las tareas de gobierno, aunque dejó la puerta abierta a negociar con la oposición sobre el pacto presupuestario.
Los datos oficiales confirmaron que la CDU registró su peor resultado (26,3% de los votos frente al 34,6 % de los anteriores comicios) en la historia del land de Renania del Norte-Westfalia, un potente estado industrial de 18 millones de habitantes. Con el 39,1% (4,6 puntos mas que hace dos años) de los votos, el SPD dispone de una cómoda mayoría para gobernar con los Verdes (11,3%, un 0,8 % menos que en 2010).
El Partido Pirata, formación emergente que ha revolucionado el espectro político germano, logró por cuarta vez consecutiva entrar en una Cámara regional alemana desde noviembre al sumar un 7,8 % de votos.
La formación de La Izquierda se quedó a las puertas del Parlamento regional de Düsseldorf al obtener tan solo un 2,5 % de votos, cuando hace dos años consiguió representación en esa cámara con un 5,6 %.
«Una derrota tan clara es muy desagradable para Merkel», reconoce Gerd Langguth, profesor de la Universidad de Bonn. Antes de la elección, Angela Merkel intentó limitar las consecuencias de un previsible fracaso corrigiendo al candidato de la CDU, el ministro de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, que quería transformar estos comicios regionales en un referendo sobre la política europea de la canciller.
«Pero esta idea sí se encuentra en la opinión pública», asegura Gero Neugebauer, investigador de la Universidad libre de Berlín. «Ha sido un duro golpe», opina también Jürgen Falter, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Mayence. «Aparece como la vencida», afirma. En cualquier caso, los analistas recuerdan también la resistencia política de Merkel, fundada en el pragmatismo. «Voy a iniciar un diálogo con los partidos de oposición» sobre el tratado europeo de disciplina presupuestaria, subrayó Merkel, recordando también su encuentro previsto con Hollande, insinuando la idea de un próximo compromiso.
Hablar del crecimiento
«Veremos cuáles son las expectativas». «Contra medidas que fomenten el crecimiento nadie tiene nada en contra en la CDU, pero debemos analizar cómo afectan la política de consolidación», señaló Merkel en una rueda de prensa.
De hecho, aunque insistió en que la crisis del euro, en general, «no viene de un exceso de ahorro sino de la falta de austeridad», mencionando especialmente el caso griego, añadió que «también es verdad que cuanto más crecimiento haya, más posibilidades hay de reducir la deuda», por lo que hay que buscar fórmulas para buscar un crecimiento sostenido.
La canciller se enfrenta a las negociaciones con los Verdes y el SPD para ratificar el pacto presupuestario en el Parlamento alemán, donde necesita una mayoría de dos tercios que solo puede alcanzar con los votos de la oposición, ya que se precisa cambiar la Constitución.
El SPD y los Verdes reclaman la instauración de un impuesto a las transacciones financieras y medidas de apoyo al crecimiento, como las que ha propuesto Hollande, a cambio de sus votos. En cuanto a las próximas elecciones legislativas alemanas, previstas para otoño de 2013, la canciller alemana afirmó estar «serena. La gente sabe que se trataba de una elección regional, que no era yo la que me presentaba», subrayó.
Hasta la fecha, el SPD se mantiene lejos de la CDU en cuanto a expectativas de voto a nivel federal. En cambio, la oposición socialdemócrata y verde, que gobernará el estado alemán más poblado a orillas del Rin, sí ha interpretado el resultado electoral del domingo como una señal de cara a las elecciones generales del año próximo.
«Angela Merkel y sus socios ya no tienen perspectivas de poder», sostuvo el jefe del SPD, Sigmar Gabriel, que recordó además que la actual coalición de gobierno formada por la CDU y el Partido Liberal (FDP) no ha logrado ganar ninguna de las once elecciones regionales que se han celebrado desde que asumió el poder en 2009.
«Las cosas se han puesto más difíciles para Merkel, pero ha salido generalmente crecida de situaciones delicadas», recuerda Neugebauer.
«Predigo que sabrá enfrentarse a este desafío sin daños, como supo salir intacta de la derrota de Bade-Wurtemberg», land perdido en marzo de 2011 por la CDU después de más de 50 años de poder ininterrumpido, afirma Gerd Langguth, autor de una biografía de la canciller. La prensa alemana también se encargó de subrayar el desastre electoral para los democristianos. «Un desastre anunciado para la CDU que deja en mal lugar a la canciller alemana, Angela Merkel», comentó «Bild», el diario más leído en el país.
Además, responsabilizó al líder de los democristianos del land del mal resultado de su partido. El ambicioso (Norbert Röttgen) no será nunca canciller. Puede estar contento si Merkel lo mantiene como ministro por el momento», opinó «Bild».
Roettgen reconoció su derrota pocos minutos después del cierre de los colegios electorales y anunció su dimisión como presidente de la formación en la región renana.
«La CDU de Merkel tiembla», constataba el conservador «Die Welt», aunque señaló que la oposición todavía no tiene nada ganado a 16 meses de las próximas elecciones legislativas alemanas.
«Los socialdemócratas creen que a partir de ahora pueden afrontar con una coalición roji-verde las legislativas de 2013. Un optimismo infundado. La coalición roji-verde gobierna gracias a la debilidad de Roettgen. Angela Merkel es de otro calibre», segú «Die Welt».
Una apreciación similar formuló el diario de izquierdas «Tageszeitung»: «la victoria de (la candidata socialdemócrata Hannelore) Kraft es convincente, clara, fulgurante, pero no es una copia de lo que pueden hacer los partidos roji-verdes para ganar a Merkel en 2013».
El diario económico «Handelsblatt» utiliza el cuadro «El grito» de Edvard Munch, con la canciller Angela Merkel como protagonista, para ilustrar su pavor ante el resultado electoral.
El candidato de la CDU, Norbert Roettgen presentó su dimisión como líder regional del partido político, asumiendo así la responsabilidad por la derrota en las urnas. «Hemos sufrido una amarga derrota. Es evidente que ha sido así y duele mucho», dijo Roettgen, que también es ministro de Medio Ambiente.
La propia Merkel echó sobre su candidato la responsabilidad de la derrota, para a la vez desligarla de su política europea y federal, y de las legislativas de 2013. «La gente sabe que se trataba de una elección regional, que no era yo la que me presentaba», afirmó.
Los socialdemócratas y verdes han pedido al ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble, que abandone su cargo si opta a la presidencia del Eurogrupo. Schauble ha hecho oficial su interés por este cargo, que cree que debe ser asumido por alguien que, a su vez, sea ministro, opinión contraria a la del actual líder del eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker.
Debilitada por el resultado electoral del domingo, la canciller alemana, Angela Merkel, recibe hoy por primera vez al nuevo presidente francés, François Hollande, que intenta arrancar alguna modificación del pacto presupuestario europeo a lo que Berlín se niega en redondo. No se espera ninguna gran decisión de este encuentro, el mismo día de la investidura de Hollande, aunque puede verse algún gesto. Se trata de «conocerse», según la cancillería. Merkel rechazó reunirse con el candidato del PS antes de las elecciones, en una clara muestra de apoyo a su rival, Nicolas Sarkozy. Ahora, en cambio, promete recibirlo «con los brazos abiertos».
Hollande quiere reabrir las negociaciones sobre el pacto europeo de disciplina presupuestaria, adoptado por 25 de los 27 países de la UE, que impone estrictas normas de austeridad, para añadir también medidas de crecimiento. Pierre Moscovici, que fue director de campaña de Hollande, confió en llegar a un «compromiso» con Alemania, pero el portavoz del PS, Benoît Hamon, agitó la polémica al apelar a Merkel a «entender que ella sola no puede decidir la suerte de Europa». El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, dijo ayer que «crecimiento y saneamiento presupuestario no son contradictorios, al contrario se refuerzan mutuamente», aunque «crecimiento» no significa lo mismo para ambos líderes. Pero Hollande puede ser una oportunidad para Merkel, toda vez que Alemania también necesita el crecimiento del mercado europeo y para ambos un acuerdo reforzaría posiciones ante las respectivas oposiciones internas. GARA
François Hollande pulía ayer la composición de su futuro gobierno antes de su nombramiento hoy a la cabeza del Estado francés, a lo que seguirá, casi de inmediato, su estreno en la política internacional con la reunión con Angela Merkel en Berlín. Ayer participó por un última vez en el Consejo Nacional del PS. Ha conseguido que no se filtrara nada acerca de la elección de su primer ministro, que se anunciará hoy por la tarde, aunque en la prensa circulan nombres como el diputado Jean-Marc Ayrault o la líder del PS Martine Aubry.
El traspaso de poderes entre Nicolas Sarkozy y Hollande se llevará a cabo hoy por la mañana en una ceremonia que no ha cambiado desde el comienzo de la V República, y que prevé una entrevista en El Elíseo con el presidente saliente, que le debe informar de los procedimientos relativos al armamento nuclear. Hollande dice desear ser un «presidente normal», en ruptura con el hiperactivo Sarkozy, según sus promesas de campaña. Durante los últimos días se ha empeñado en mostrar una imagen de hombre sencillo, en contacto directo con los francés, estrechando las manos de los viandantes a la salida de un restaurante, pese a la presencia de sus agentes de seguridad.
Volverá al núcleo de su gestión mañana con la designación oficial de su primer ministro, quien desvelará la composición de su gobierno con una voluntad declarada de establecer la paridad entre el número de hombres y mujeres y la posible entrada de ministros ecologistas. El jefe del primer Ejecutivo también se encargará de poner en orden de batalla al PS ante las legislativas que se llevará a cabo entre el 10 y el 17 de junio, para permitir al nuevo presidente obtener una mayoría «amplia, sólida y leal», como pidió ayer a sus compañeros de partido.
Después de Berlín, Hollande viajará a Estados Unidos, donde participará en el G8 y en la cumbre de la OTAN, donde explicará al presidente estadounidense, Barack Obama, su voluntad de iniciar de forma anticipada la retirada de tropas de Afganistán. GARA