El madrileño escenifica su adiós a la disciplina rojilla
Calleja se autoinculpa el día de su despedida por no haber rendido más
Llegó para hacerse un hueco en la banda izquierda -bien como lateral bien como carrilero-, pero después de tres temporadas se va con un escaso bagaje de once titularidades. Sí fue importante en el vestuario, pues sus compañeros le arroparon en su despedida pública.
Natxo MATXIN
No pasará a la historia deportiva de Osasuna como uno de sus referentes importantes, pero sí parece haber dejado huella en el vestuario. No suele ser habitual que en la despedida un futbolista esté tan arropado por sus compañeros, pero Javier Calleja tuvo ayer ese privilegio en el día de su adiós a la entidad rojilla. «Es con lo que me quedo, el cariño de ellos y haber compartido buenos momentos juntos», les dijo a los allí presentes.
Con una sala de prensa de Tajonar más repleta de jugadores que de periodistas, el madrileño no tuvo ningún reparo en autoinculparse por no haber cuajado deportivamente durante las tres temporadas que ha permanecido en Iruñea. «La valoración a nivel individual es mala, mi rendimiento no ha sido el que esperaba y no he tenido continuidad, pero el mayor culpable de ello soy yo, que no he conseguido entrar en el rol de la titularidad y ello acabó causando cierto conformismo por mi parte», admitió.
Llegado de la mano de Camacho en el verano de 2009 sin coste de traspaso y tras haber cuajado una gran temporada en el Málaga, donde fue reconvertido a lateral izquierdo, Calleja no pudo demostrar ese mismo nivel en la escuadra navarra. Ni comenzó en el once ni cuando dispuso de ocasiones las pudo aprovechar. Solo seis titularidades fueron el bagaje de su estreno con la elástica encarnada.
Quizás esa polivalencia que no le definía ni como lateral ni como carrilero acabó perjudicándole. «Cuando llegué a Osasuna era una manera de jugar diferente y no me supe adaptar a ese nuevo modelo, por ello no entré en los planes de Camacho». El madrileño vivió con esperanza el relevo en el banquillo osasunista, incluso Mendili- bar le dio la titularidad en su debut como técnico rojillo.
Esa goleada al Espanyol en El Sadar -4-0- fue sin duda el envite más completo de Calleja en su periplo osasunista. «No tengo mucho donde elegir -reconocía entre risas-, pero sí, ese fue mi mejor partido, de los pocos que jugué titular y lo hice bien». Sin embargo, su buena estrella volvió a torcerse y regresó al ostracismo que tan bien conocía. Por esas cosas extrañas que a veces se recogen en las cláusulas de los contratos, el jugador superó los encuentros estipulados para su renovación -disputó 18, cuatro como titular, con solo 413 minutos- y permaneció en Osasuna a sabiendas de que lo tenía muy complicado,
La realidad, tozuda, demostró esta campaña recién finalizada que su juego no estaba a la altura de sus compañeros titulares. Mendilibar apenas lo ha utilizado 196 minutos en ocho partidos, uno de ellos como titular. Calleja admitió que de lo malo también se aprende: «El no jugar te hace más fuerte y pasas a intentar ayudar en otros apartados del equipo».
Futuro incierto
De ahí el reconocimiento de los ahora ya ex compañeros de vestuario, a quienes transmitió su «orgullo por haber compartido tantos momentos con ellos, me quedo con los buenos, y darles las gracias por estos tres años que me han hecho vivir aquí». «Cuando juegas contra Osasuna le coges una manía increíble, pero si estás dentro te das cuenta del compromiso que hay entre todos y de que este club es un ejemplo», extendió su agradecimiento a la entidad rojilla.
Previo al aplauso final del resto de la plantilla, Calleja habló de su inmediato futuro, para desmentir que haya recibido oferta alguna del fútbol canadiense y que, si no hay nada de su agrado, colgará las botas. «Me gustaría recuperar la ilusión y volver a tener oportunidades, ganarme el puesto en un equipo que me motive», señaló.
Tanto en la era Camacho como en la de Mendilibar, Calleja no entró en el once. Sus apenas once titularidades en estos tres años son demostración palpable de que su juego y forma física no convencieron a ambos técnicos.
Tras el último entrenamiento de la temporada, la plantilla se despidió de esta con una comida y capea en Milagro, un acto ya tradicional. Los jugadores disfrutarán ahora de un periodo vacacional de dos meses, aunque todavía no se sabe en qué fecha regresarán a Tajonar.
José Luis Mendilibar también pondrá punto final a la campaña con una comparecencia hoy ante los medios y un posterior aperitivo con ellos. El técnico realizará balance del año que, a buen seguro, será positivo, dado que la permanencia se obtuvo con gran antelación.
Ibrahima, Nekounam, Lekic y Raitala permanecerán convocados con sus respectivas selecciones en los próximos días. Los dos primeros jugarán un par de encuentros para la clasificación del Mundial de Brasil, mientras que serbio y finés disputarán partidos amistosos.
Antes de que los jugadores hagan las maletas para disfrutar de sus vacaciones deberán disputar un amistoso esta tarde -19.00- en las instalaciones de San Juan. La sociedad deportiva iruindarra cumple medio siglo y la entrada al encuentro será totalmente gratuita.