El danés Lars Bak (Lotto) fue el vencedor de la duodécima etapa del Giro -disputada entre Seravezza y Sestri Levante, de 155 kilómetros de recorrido- tras la que el catalán Joaquim Rodríguez mantiene el rosa, aunque el resultado alterara otros puestos en la general como el de Beñat Intxausti (Movistar) que desciende del quinto al séptimo.

Bak fue el más rápido, y probablemene el más listo, de los nueve fugados que desde el kilómetro 65 protagonizaron la escapada de la jornada. Atacó en el último kilómetro para apuntarse por primera vez una etapa en el Giro. El tricampeón de Dinamarca en ruta lograba así la victoria más importante de su carrera a los 32 años.

Sí la víspera fue Adrián Sáez de Arregi el corredor de Euskaltel que se metió en la escapada ayer le tocó a Amets Txurruka poner el tono naranja en un grupo variopinto en equipos y nacionalidades donde al danés y al vasco se unieron el italiano Santaromita (BMC), el francés Casar (Francaise), el costarricense Amador (Movistar), el belga Bakelants (RadioShac), el venezolano Jackson Rodríguez (Androni) y los holandeses Golas (Omega) y Keizer (Vacansoleil).

Ellos reinaron a sus anchas y el pelotón les dejó hacer porque el Katusha de Purito no estuvo por la labor de quemarse en una etapa corta pero exigente, de constante sube y baja y con cuatro puertos, el último de ellos a 12 kilómetros de la meta.

En el puerto de segunda, el Valido La Mola (Km 122), la tranquilidad de la escapada se alteró con un ataque del polaco Golas cerca de la cima, quien hizo el descenso en cabeza. Una arrancada de Txurruka en la Cota de Villa Tassani (3a) neutralizó el intento y encendió definitivamente la mecha, pues Andrey Amador trató de despegarse en dos ocasiones, como más tarde Sandy Casar.

Y eso que Casar llegó a ser virtual líder de la ronda italiana, pues se encontraba a 4 minutos de Purito y la ventaja llegó a ser de 7. Concluida la etapa, Casar se situó tercero en la general y Purito, que entró en el puesto 29, sigue al mando. «No ha sido una etapa fácil. Durante mucho tiempo hemos trabajado para controlar la brecha, pero nadie nos ha ayudado. Perder la maglia rosa no le hace feliz a nadie, pero no podemos machacar al equipo. Este Giro es muy duro, el pelotón está cansado y se va notar en la última semana», se sinceró el catalán. Hoy toca la etapa más corta de esta edición con 121 kilómetros y perfil llano.