GIRO | 14ª etapa
Exceso de prudencia o escasez de fuerza
Andrey Amador firma el segundo triunfo de Movistar, Ryder Hesjedal recupera la maglia rosa, Liquigas controla y los candidatos a la victoria contemporizan.
Amaia U. LASAGABASTER
Protagonistas inesperados en el primer contacto del Giro con los Alpes. Andrey Amador obtuvo la recompensa a la valentía enarbolando, por primera vez en la historia de la corsa rosa, la bandera costarricense, nada menos que a los 2.001 metros de altitud de Cervinia. El mismo lugar en el que otro corredor procedente del otro lado del charco, Ryder Hesjedal, recuperaba la maglia rosa, dejando de paso con un palmo de narices a los grandes favoritos.
Y a los agoreros. Porque los 206 kilómetros entre Cherasco y Cervinia, el primer contacto con la alta montaña tras dos semanas de espera -con dos larguísimas ascensiones, incluyendo la final-, se presentaba como el escenario ideal para la primera gran batalla. Si no para perfilar al vencedor del Giro, sí al menos para separar por completo polvo y paja. El trabajo que realizó Liquigas a lo largo de casi toda la jornada en cabeza del pelotón pareció confirmarlo.
Hasta que llegó el momento de la verdad y los candidatos, casi todos, miraron para otro lado. Quién sabe si porque ha desaparecido aquella desinhibición de los gallos que en tantas ocasiones ha convertido al Giro en una carrera mucho más amena que el glorioso Tour, en el que se impone el miedo a perder plaza. O quizá porque la brutal paliza dolomítica de los últimos días invita a la precaución. O porque las fuerzas no acompañaron, tocadas por la llegada no solo de la altitud, sino también del mal tiempo.
Lo cierto es que primero Katusha y después, y sobre todo, Liquigas, llevaron a todos los favoritos -y alguna decena más, que no tuvo problemas para mantener el ritmo hasta los últimos kilómetros- apelotonados hasta que prácticamente no quedó terreno para la pelea.
Tan tranquila fue la cosa -aunque Frank Schleck sufrió en el Col de Joux-, que incluso Purito Rodríguez, de rosa y en un puerto -en teoría- menos propicio para sus características que los de hoy -menos kilómetros, menos altura, pero más porcentaje-, se permitió atacar. Fue, como en el caso de Mikel Nieve, un chisporroteo. Que además se vio castigado en lugar de obtener recompensa.
Porque el tercer hombre del pelotón de favoritos que probó fortuna, Hesjedal, lo hizo con más fuerza y continuidad. Las justas para arrebatar casi medio minuto al grupo y recuperar la maglia rosa que había perdido cinco días atrás en Assisi.
No le faltó demasiado para redondearlo con la victoria de etapa. El ciclismo, en este caso, fue justo, reconociendo el esfuerzo de otro grupo de valientes. Al menos el de Andrey Amador, que lograba la segunda victoria de etapa para Movistar tras la de Fran Ventoso, y la primera en la historia del Giro para Costa Rica, al superar en los últimos metros a Alessandro de Marchi y Jan Barta, uno de los grandes protagonistas, el corredor de la jornada tras haber coronado en solitario el Col de Joux y rehacerse, ya en la ascensión a Cervinia, tras ser cazado por Amador. No lo suficiente -llegó boqueando a línea de meta- para impedir el triunfo del costarricense, el segundo desde que saltó al campo profesional tras el Tour del Porvenir en 2008.
Hoy los aventureros tienen su opción en la 15ª etapa, que llevará hoy al pelotón de Busto Arsizio al Piani dei Resinelli, con los ascensos a Valcava, San Pietro y el propio Resinelli. Ni muy largos, ni muy altos, pero con pendientes de consideración.
Con la maglia rosa de vuelta en las espaldas de Ryder Hesjedal, el liderato ha estado en manos de corredores venidos del otro lado del charco durante la mitad del Giro. Siete etapas repartidas entre Taylor Phinney y el propio Hesjedal.
La carrera se endurece y los hombres rápidos empiezan a echar pie a tierra. Matthew Goss, Brett Lancaster, Mark Rensahw y Juan José Haedo no tomaron ayer la salida. Quedan 180 hombres en carrera.