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Occidente intenta implicar a Rusia en una acción sobre Siria

Los países occidentales presionan a Rusia para que se desvincule del Gobierno sirio tras la matanza de Hula, que ha vuelto a encender los llamamientos a una intervención militar. Sin embargo, ni Rusia ni China se muestran dispuestos a cambiar su postura ni los occidentales tienen tan claro que la intervención sea una alternativa.

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Los estados occidentales presionan sobre Rusia para poder llevar a cabo alguna acción coordinada contra el régimen de Bashar al Assad, sobre todo taras la muerte de más de un centenar de civiles en la ciudad de Hula. La canciller alemana, Angela Merkel, y su colega francés, François Hollande, se entrevistarán mañana con el presidente ruso, Vladimir Putin, para tratar de sumarlo a las presiones internacionales.

Berlín adelantó ayer que Merkel le pedirá que participe en las presiones pero no que de su visto bueno a una intervención militar, que Moscú rechaza de plano. Al contrario que el presidente francés, Hollande, quien, por su parte, va más allá y asegura que «la intervención armada no está excluida, siempre que se haga mediante una decisión del Consejo de Seguridad».

Pero en el Consejo Rusia y China han reiterado que vetarán cualquier decisión en ese sentido. El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Guennadi Gatilov, afirmó que «siempre hemos dicho que estamos categóricamente en contra de cualquier injerencia en el conflicto sirio, porque esto solo agravaría la situación y tendría consecuencias imprevisibles tanto para Siria como para toda la región». En su lugar propuso «pensar un mecanismo adicional para implementar el plan» del enviado de la ONU al conflicto sirio, Kofi Annan.

«Hay que convencer fa China y a Rusia», insistió Hollande en una entrevista en televisión.

Moscú, inamovible

Un portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, advirtió contra cualquier presión y calificó de «poco apropiados» los llamamientos para que las autoridades rusas rompan sus lazos con el régimen de Bashar al Assad.

Sobre la reciente masacre de Hula, atribuida por la ONU a las fuerzas leales al Gobierno sirio, Peskov señaló que «nadie tiene información inequívoca» sobre los hechos, por lo que no ve plenamente confirmada la implicación de las tropas del régimen.

Ayer en una nueva reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, los países occidentales lo intentaron proponiendo mediante sanciones reforzadas a Damasco para que cumpla con el plan Annan, una idea que tuvo el pleno rechazo de Rusia, que indicó que no ve que las sanciones lleven a la oposición a dialogar.

Por su parte, Jean-Marie Gueheno, «número dos» del enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Arabe a Siria, Koffi Annan, advirtió al Consejo de que no se pondrá poner fin a la revuelta sin que haya un acuerdo entre el régimen y los opositores. «El pueblo ha perdido el miedo y es improbable que detengan el movimiento», señaló el representante de Annan.

En todo caso, los llamamientos a la intervención no tienen grandes posibilidades de concretarse en breve plazo, por lo que su objetivo inmediato es aumentar la presión sobre Beijing y Moscú, sobre todo antes de la visita de Putin a París.

El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle, reconoció que, al menos desde el punto de vista de su gobierno, «no hay razones para especular sobre opciones militares». En Estados Unidos, Barack Obama, en campaña y tratando de cerrar las ocupaciones de Irak y Afganistán, no parece entusiasmado con la idea, lo que ha sido aprovechado por sus rivales republicanos para atacarle. El conflicto sirio pone en cuestión los criterios de intervención de Washington, aunque la Casa Blanca ha rechazado «todo paralelismo entre Libia y Siria» señalando que en el primer caso la intervención contó con el amparo del Consejo de Seguridad, lo que remite de nuevo al veto ruso y chino. Washington espera también que la presión internacional desvincule a Rusia de su aliado sirio

«¿Y después qué?»

La propia OTAN no incluye la intervención en Siria entre sus prioridades. EEUU y sus aliados europeos, hasta ahora han contado con el veto ruso-chino para evitar una intervención arriesgada y de consecuencias impredecibles sobre toda la región.

Desde Moscú el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Andrei Denisov, opinó que los llamamientos a la intervención son «la manifestación de emociones políticas más que de un análisis ponderado» y respondió a la propuesta de Hollande: «¿Y después qué?».

También el ministro de Exteriores luxemburgués, Jean Asselborn, indicó que una intervención «causaría decenas de miles de muertos» y aseguró que «no conozco ningún país occidental que crea poder resolver el conflicto con una intervención militar», añadiendo que una fuerte presión diplomática es la única opción entre la intervención y la diferencia.

Su vecina Bélgica apostó por la creación de zonas de seguridad garantizadas por una fuerza internacional, mientras Australia se inclinó abiertamente por debatir la intervención.

El opositor CNS criticó que la postura de Rusia anima a cometer «crímenes salvajes» y aseguró que una entente internacional para forzar la salida de Al Assad del poder es el único medio de salvar el plan de Annan y encontrar una situación política» antes de que la crisis estalle y afecte a toda la región.

derechos humanos

El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas celebrará mañana una sesión especial dedicada a Siria y a la matanza de Hula, a petición de EEUU, Qatar, Turquía y la UE. Será la cuarta reunión del Consejo desde que comenzó la revuelta contra Al Assad.

Barak compara las reacciones en el caso sirio con Irán

El ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, ha aprovechado los últimos acontecimientos del conflicto sirio para vincularlo a su enfrentamiento con Irán, comparando las reacciones de la comunidad internacional. «Si para una situación tan clara, en la que se entierran niños, se tienen dificultades de actuar, no está tan claro que el mundo reaccione en otros casos», afirmó Barak en referencia al programa nuclear iraní. Estimó además «insuficiente» la expulsión de embajadores sirios de Europa y EEUU, porque no cree que Bashar al Assad «haya perdido siquiera una hora de sueño» y pidió «una acción más concreta», sin detallar a cuál se refería. GARA

Al menos 62 muertos en combates y nuevos bombardeos

Al menos 62 personas, de ellas 15 soldados, murieron en Siria ayer, en enfrentamientos entre el Ejército y rebeldes en varias regiones del país, entre ellas, varios distritos de Damasco, así como en ataques con artillería de las tropas de Al Assad, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos. La oposición denunció además nuevos bombardeos sobre ciudades de la región de Homs y en la propia Hula, escenario de la masacre de un centenar de personas la pasada semana, pidiendo además a los observadores de la ONU que vuelvan a la localidad. Además, aseguró que el pasado martes, el balance de muertos llegó a las 98 personas, en la misma jornada en la que el enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, se entrevistaba con Bashar Al Assad. GARA

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