Entre los argumentos que los unionistas españoles suelen utilizar para combatir el independentismo vasco y catalán suele haber algunos peregrinos, como la pobreza de nuestras respectivas ligas de futbol. Dicen que en lugar de jugar contra los grandes de Madrid, de Valencia o Sevilla, el Athletic y la Real tendrían que enfrentarse al Zornotza, o al Amurrio. Naturalmente se olvidan siempre de Osasuna y todos los navarros, pero para mí que una liga vasca tendría mas aliciente y competitividad que la superliga española con sus estrellas, estrellitas y sospechas de amaño de partidos, y con el estamento arbitral empeñado en ser el jugador numero doce del que siempre fue y sigue siendo equipo del Régimen, o sea, el Real Madrid.

Pero, realmente, eso más que un argumento contra nuestros planteamientos políticos, no es más que una anécdota infantil. Mucho más peso tiene el argumento económico que también utilizan cuando dicen que si fuéramos un país independiente sería inviable: no se podrían pagar las pensiones, no venderíamos ni un chavo, porque su España Grande y Libre no nos compraría nada como represalia y, en fin, no seriamos admitidos en la Comunidad Europea, porque de eso se encargarían ellos dándonos la popa.

Y lo cierto es que cada minuto que pasa uno se va convenciendo más y más de todo lo contrario, porque la economía española está en bancarrota, y nave- gando, obligados eso sí, en ese barco vamos a la ruina. Nadie se fía de España y es normal, si tenemos en cuenta que el buque insignia de la banca afín al PP ha pasado de decir con Rato que ganaba dinero a paladas a reconocer que está en la más absoluta devastación porque sus capitostes, todos ellos peperos se lo han ido llevando crudo, en forma de pelotazos con el ladrillo y pensiones o blindajes millonarios. Ahora a inyectarles dinero publico por toneladas. Y de investigar lo ocurrido nada de nada. Ni siquiera una explicación nos merecemos los sufridos contribuyentes que vamos a soportar el rescate sobre nuestras espaldas.

Y la bola sigue y ya no les prestan más que a precio de usura, como ocurre siempre con quienes están en apuros, que gracias a esas «generosas ayudas», impagables, acaban en la miseria más profunda.

Hace tiempo que aposté a que España iba a batir un record mundial difícil de igualar: que una ley sea derogada antes de entrar en vigor. Y me temo que voy a acertar, porque todo parece indicar que la ley 27/11 de Seguridad Social, que, entre otras cosas elevaba la edad de jubilación en forma escalonada y contenía otros numerosos recortes, será sustituida por otra mucho mas restrictiva aún, que la elevará a los 67 años de golpe, y todo antes del 1/1/13 fecha prevista para su entrada en vigor.

Además, aunque nunca iban a hacerlo, subirán el IVA. Así lo exigen Europa y los mercados, y donde manda patrón no manda marinero. Yo me quedaría muy a gusto con nuestra liga y nuestra economía. Estos nos llevan a la ruina.