Play offs de la NBA
Miami Heat puede en el tiempo extra con la magia de Rajon Rondo
A. G.
Un clásico para la Historia, con mayúsculas, del baloncesto: Tras una prórroga, Miami Heat 115, Boston Celtics 111; con 44 puntos, 10 asistencias y ocho rebotes de Rondo. La franquicia de Florida se adelanta 2-0 en la final de la Conferencia Este.
La magia del base de los «orgullosos verdes» tuvo en jaque a los beach boys, que debieron echar mano del mejor LeBron James, una vez más, para mantener el factor cancha. El alero de los Heat también rozaría el triple doble con 34 tantos -18 de ellos mediante tiros libres, ya que lanzó 24-, 10 rechaces y siete pases de canasta, aunque precisó de la inestimable ayuda de Wade, con 23 tantos y seis rebotes, junto con Mario Chalmers -22 puntos y seis asistencias-.
Los Heat tuvieron que echar mano de todos sus recursos para doblegar a Boston, que había resuelto llevarse el triunfo del empate. Los Celtics arrancaron mucho mejor que Miami, que vio cómo sus dos principales estrellas lograban un paupérrimo 1 de 10 en el tiro en los primeros compases. Para el descanso, la franquicia de Massachusetts campeaba 46-53 en el marcador. Aparte de Rondo, el big three compuesto por Garnett -18 puntos y ocho rechaces-, Paul Pierce -21 puntos- y Ray Allen -13 tantos-, realizaba una nueva exhibición de orgullo y clase.
Despertar salvaje
Los muchachos de Doc Rivers no podían contar con que LeBron James y Wade no iban a despertar. Tras el paso de los vestuarios, el dúo protagonista de los beach boys se puso manos a la obra, dispuesto a remontar aquello como fuese, aún a pesar del desgaste que ello suponía. Entre James y Wade forzaron un parcial de 35-22 que parecía poner a los de Erik Spoelstra en la senda del triunfo.
Pero a Boston no se le doblega así como así. Sus estrellas respondieron golpe por golpe, aunque no evitaron que LeBron James dispusiera del tiro de la victoria. Por suerte para ellos, este lanzamiento no entró.
Para su desgracia, el combustible de Boston se agotó en el tiempo suplementario. Udonis Haslem fue el complemento perfecto para que Miami terminara de doblegar a su rival y elevar el 2-0 a una final de Conferencia Este que, pase lo que pase, ya se ha convertido en un clásico.