No se puede olvidar que Lawrence Kasdan ocupa un lugar entre los grandes por obras maestras como «Fuego en el cuerpo», «Reencuentro», «Silverado», «El turista accidental» o «Grand Canyon». Sin embargo, en los últimos tiempos se ha visto desplazado dentro de la industria, y así fracasó con su adaptación de Stephen King en «El cazador de sueños». Un tropiezo del que le ha costado casi diez años recuperarse, hasta que se ha decidido a volver con una comedia nostálgica, para la que se ha rodeado de viejas amistades del mundo de la interpretación.

Kasdan regresa al terreno que mejor conoce, el del retrato de grupo perteneciente a su generación. Y lo lleva a cabo utilizando como pretexto argumental una anécdota que vivió su propia familia, cuando todos se vieron implicados en la búsqueda de su perro. En la película la mascota en cuestión se pierde durante la celebración de una boda en las Montañas Rocosas, y serán los familiares y últimos invitados en marcharse los que se afanen en dar con el paradero del can que la protagonista había rescatado en una autopista. Ella no es otra que una Diane Keaton que vive un momento muy dulce de su madurez como actriz, acompañada del fijo Kevin Kline, Dianne Wiest, Richard Jenkins, Sam Shepard y otros ilustres veteranos.