Según informó en el lugar de los hechos el vicepresidente del Gobierno, Roberto Jiménez, el fuego comenzó poco antes de las 23 horas en una esquina de la nave donde se encontraba un depósito de aceite térmico y, en pocos minutos, el fuego se extendió al resto de la fábrica, que se vio completamente calcinada.

Ninguno de los 80 trabajadores de la empresa resultó herido, ya que la producción había acabado a las 22.00 horas y en el momento del incendio solo quedaban cuatro operarios de limpieza, que pudieron abandonar la planta sin sufrir ningún daño.

No obstante, según explicó el alcalde, Fernando Mendoza, se produjeron momentos de tensión porque no se localizaba a uno de ellos, debido a que tuvo que salir por la parte de atrás, hacia el campo. Igualmente, en algunos momentos temieron que el fuego se extendiera a las viviendas próximas, sobre todo a las de la familia Floristán que están prácticamente pegadas a la fábrica, lo que hizo que los bomberos se tuvieran que emplear a fondo.

Al lugar de los hechos se desplazaron 27 bomberos y 10 vehículos de los parques de Azkoien, Tafalla, Tudela y Cordovilla, además de dos ambulancias, y agentes de Policía Foral y Guardia Civil, que se hicieron cargo de la investigación.

Durante toda la mañana, catorce bomberos realizaron labores de enfriamiento de la nave, puesto que debajo de la cubierta derrumbada se encuentran materiales inflamables.

El alcalde manifestó que los propietarios de la fábrica se muestran con «ánimo de volver a poner la empresa en marcha, pese al difícil momento».