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Alcaldes denuncian la actitud «partidista» de la Diputación vizcaina y el desamparo local

Cinco de los treinta alcaldes de los que dispone Bildu en ayuntamientos vizcainos abogaron ayer por que la Diputación gestionada por el PNV aparque su actitud «partidista» y de «imposición». Instaron a un diálogo interinstitucional «sincero» para superar la actual crisis.

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Agustín GOIKOETXEA | BILBO

Los alcaldes de Zaldibar, Arantza Baigorri; Sopuerta, Joseba Andoni Llaguno; Mañaria, Endika Jaio; Arrankudiaga, Itziar Duoandikoetxea; y Atxondo, Rosa Elizburu, comparecieron ayer en Bilbo para valorar su primer año de andadura al frente de la treintena de ayuntamientos vizcainos. Satisfechos por la respuesta que han recibido de vecinas y vecinos a su ofrecimiento de un modelo «más abierto y participativo» en el funcionamiento de las instituciones locales, no ocultaron que su principal hándicap ha sido la situación económica que han heredado y deben afrontar.

Baigorri y Llaguno confesaron que conocen el origen de las maltrechas arcas municipales -donde los casos más sangrantes son los de Dima, Lemoa y Urduña-, situándolo en el modelo de gestión desarrollado por PNV y PSE que Bildu está decidido a superar: «La resolución del problema no vendrá de ampliar el margen legal de endeudamiento cuando el problema que se ha generado ha sido causado precisamente por una deuda desproporcionadamente elevada respecto al presupuesto».

Esa, suponen, es la salida que proponen desde el equipo de José Luis Bilbao para Urduña, aunque Llaguno tuvo que aclarar que «nadie» les ha presentado un proyecto y la única información de la que disponen es a través de los medios de comunicación. Lo que quisieron dejar claro es que Bildu estima que no es «justo» que, para afrontar las deudas de los ayuntamientos, se aumenten gravámenes como el Impuesto de Bienes Inmuebles, para lo que quieren revisar el catastro. Esa iniciativa no la rechazan, pero sí que se emplee para luego subir el IBI.

«Ese es el plan que tiene la Diputación para los ayuntamientos que están en situación crítica. No es justo -subrayaron- que los contribuyentes tengan que pagar las deudas que han creado sus políticos gracias a una gestión irresponsable».

«Desde los ayuntamientos estamos coartados porque hay una situación durísima para los vecinos; hay ordenanzas fiscales que tenemos que aprobar en los municipios y no tenemos capacidad para aquellas familias en situación de sufrimiento poderlo regular porque no nos lo permite el ordenamiento de la Diputación», añadió el alcalde de Sopuerta, para criticar que «solo hay voluntad partidista» mientras los consistorios están en situación de «desamparo».

No pasaron por alto que se pretendan imponer «infraestructuras innecesarias, que nada aportan al bienestar de los ciudadanos», o planes como el PTP de Busturialdea y Lea Artibai, alejados de la realidad. Por contra, echaron en falta que no se prioricen otras obras, como la variante de Ermua «con demanda y viabilidad social».

Respecto a las relaciones que mantienen con los responsables forales, Arantza Baigorri desveló que han debido ser ellos los que han tenido que ir a Bilbo a tratar de resolver problemas, como les ha sucedido en Zaldibar con el proyecto de la nueva escuela. De cara al futuro, abogó porque la Diputación opte por normalizar las relaciones con todos los ayuntamientos, también con los gobernados por Bildu, en beneficio de todos.

Situación límite

Denunciaron que «hace años» que la Diputación prometió grandes planes para Enkarterri y Ezkerraldea «y hoy es el día en el que los datos del paro son desoladores» y la institución «no plantea alternativa para hacer frente a esos datos».

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