El presidente serbio, Tomislav Nikolic, declaró que no hubo genocidio en Srebrenica (este de Bosnia) en julio del año 1995, durante una entrevista a la televisión de Montenegro difundida ayer en su sitio de Internet. «No hubo genocidio en Srebrenica. Es muy difícil acusar y probar ante un tribunal que un acontecimiento tuvo la característica de un genocidio», declaró Nikolic.

Por otra parte, al menos cinco personas, entre ellos dos soldados de la OTAN, resultaron heridos ayer en el norte de Kosovo cuando las tropas de la KFOR trataron de derribar una barricada erigida por ciudadanos serbios en una carretera.

Uwe Nowitzki, portavoz de la KFOR indicó que sus miembros fueron heridos «durante la operación», iniciada en la madrugada de ayer para tumbar la barricada de Rudare, un bloque de cemento construido en el norte de la ciudad de Mitrovica.

Por otra parte, varios medios de Belgrado informaron de otros tres heridos, todos ciudadanos kosovares de origen serbio que participaban en los enfrentamientos con las tropas de la ONU, que habrían recurrido a gases lacrimógenos contra los serbios que buscaban defender la barricada.

Numerosos ciudadanos de la minoría serbia de Kosovo, que reside sobre todo en el norte del país, que autoproclamó su independencia en 2008, han levantado barricadas hechas con bloques de cemento en un intento de evitar que el Gobierno de Pristina extienda su autoridad en esta zona.

El Consejo nacional de seguridad de Serbia, presidido por Nikolic, pidió a las misiones de la ONU, la OTAN y la UE que «en el marco de su mandato impidan todos los intentos de las autoridades interinas de Pristina dirigidas a causar inestabilidad y miedo entre la población serbia, y que se abstengan del uso de la fuerza hacia los ciudadanos desprotegidos de la provincia». Y a la población, que «contribuya a que se calme la situación».