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Aparcar la vida privada para montar un Ibilaldia de altura en Trapagaran

Alumnos de Itxaropena Ikastola que en 1996 conocieron el primer Ibilaldia en Trapagaran -algunos son ahora madres y padres- ultiman el montaje con la ilusión intacta, cumpliendo con esa máxima que asegura que el éxito de la fiesta suele ser directamente proporcional a las ganas que ponen.

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Nerea GOTI | TRAPAGARAN

En Trapagaran más de doscientas personas trabajan a diario y casi a destajo instalando txosnas, casetas para los tickets, escenarios... una larga relación de tareas que van construyendo el esqueleto de la fiesta de las ikastolas de Bizkaia y que, por efecto de alguna extraña ley natural, tienden a torcerse a medida que los plazos apuran, según cuenta Garikoitz Meabe, coordinador de Ibilaldia 2012.

El trabajo comenzó hace un año, cuando Trapagaran tomó el relevo a Ondarroa para preparar una fiesta que ya tuvo la oportunidad de organizar quince años atrás. Todo está bajo control, salvo los inevitables imprevistos que se van solucionando sobre la marcha. La gente está organizada y animada; ese es el mensaje que traslada Meabe 48 horas antes de la esperada cita.

El responsable de Ibilaldia 2012 hace un alto en el trabajo a mediodía para responder a la llamada de GARA. A la pregunta de «¿cómo va todo, mucha locura?», el coordinador de Ibilladia responde que todo está en marcha. Explica que 30 personas llevan todo un año trabajando solo en la organización del montaje. «Se ha organizado todo lo que respecta al recorrido, el asunto de las txosnas, la instalación de megafonía, limpieza, vigilancia...», puntualiza.

En los últimos días son más de 200 los que trabajan también solo en el montaje. «La mayoría son padres y madres de la ikastola, exalumnos, algunos de los cuales son ahora padres y madres del centro, pero también hay más miembros de las familias, gente de otras ikastolas de Bizkaia que echan un mano...», explica sobre esa fauna que ha aparcado su vida privada por unos días y que cada día encuentra un hueco para echar una mano en lo que haga falta.

Txosnas, casetas, agua, luz

«Ahora mismo estamos montando 25 txosnas, 50 contenedores, las casetas de Coca-Cola en las que se venderán los tickets o las casetas de BBK para la venta del material. Y en cada una de esas txosnas hay que instalar agua y tomas de luz para las cámaras y demás», precisa Meabe sobre un trabajo que requiere bastante coordinación, porque cada uno de estos elementos tiene que estar convenientemente implantado en un determinado lugar, con el objetivo de hacer el recinto lo más cómodo posible ante la previsión de que los visitantes se contarán mañana por decenas de miles.

«Hemos dado una sacudida al pueblo», resalta Garikoitz Meabe, al tiempo que apunta que en el pueblo están relativamente tranquilos. «Ya saben lo que supone un Ibilaldia y están preparados», insiste.

Preguntado sobre qué comentan entre ellos, reconoce que ya no hay tiempo para charlar. El trabajo comienza a primera hora de la mañana pero el meneo es mayor por la tarde, cuando los voluntarios han salido del puesto de trabajo habitual. La preocupación inevitable tiene que ver con la meteorología. Las previsiones hablan de inestabilidad y bajada de temperaturas, lo que en principio no es obstáculo para disfrutar de la fiesta.

Tampoco ha representado un gran problema el cambio de fechas ante la posibilidad de que la gabarra volviera a la Ría para celebrar el triunfo del Athletic. No pudo ser y, aunque la decisión afectó a Ibilaldia 2012, «al final no ha sido más que un retraso de una semana y la decisión se adoptó a tiempo para hacer los cambios oportunos», explica.

Meabe, al frente de la organización de su tercer Ibilaldia, señala que la experiencia en cada lugar tiene su peculiaridad y en este caso, tras Bermeo y Ondarroa, en Trapagaran la ikastola organizadora es un centro más pequeño y el índice de euskaldunización no es muy alto, aunque estas condiciones en sí mismas no son óbice para que la fiesta sea un éxito. Sea cual sea el lugar, Meabe tiene claro que el éxito de Ibiladia tiene que ver con «las ganas que le pongan los padres» y esto en Trapagaran está garantizado, así que su mensaje es «ven porque merece» y mejor si lo haces en tren.

mejor en tren

La organización recomienda el uso del tren para llegar el domingo a Trapagaran, ya que Renfe ha dispuesto viajes cada quince minutos desde la estación de Abando, en la plaza Circular de Bilbo.

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