Un concurso de TVE presentado por Ramón García, también conocido en ambientes castizos como Ramonchu, ha sido descabalgado de la parrilla a las cuatro semanas de su aparición. El motivo es el de siempre, las bajas audiencias, pero aquí se debe advertir de un componente bastante sustancial, el nombre del concurso de marras era «¿Conoces España?» y las preguntas iban sobre eso, sobre lo que dice el título, por lo que se puede colegir que la audiencia no quiere saber nada de esta España de Guindos, Santamarías y Marianos, por muy abanderada que esté por Ramón García, el de las vaquillas y los concursos familiares y pueblerinos que tantas horas de gloria dio a la televisión estatal y a su cuenta corriente.

Las noticias, rumores y maniobras sobre RTVE nos dejan con la necesidad de estar con los ojos muy abiertos porque parece inminente la toma de decisiones que nos van a provocar todavía más desafección. Para dirigir el ente se está a punto de colocar a un economista del equipo de Aznar y Rodrigo Rato. O sea, la hecatombe. Estanislao Rodríguez Ponga es consejero de Bankia y puede ser el elegido, si no es que ya lo está. A la vez, para confundir al personal se deja caer la media verdad de que el director de informativos será elegido por las redacciones de TVE. No es exactamente así. Podrán opinar, sin posibilidad de veto, sobre el nombramiento. Y tal como están las cosas viene mano dura, retorno al blanco y negro, porque para RNE suena nada menos que Antonio Jiménez, el presentador de «El gato al agua» de Intereconomía. Fantástico. Hay que ir pagando favores. La caverna toma los medios públicos. El retorno del terror informativo.

Además se abre otro frente. Los patrocinadores de los programas de TVE son cada vez más descarados y colocan anuncios de manera constante, lo que entra dentro de la incompatibilidad con la legislación vigente. Es decir, las privadas se están quejando, con razón, pero me temo que se ha acabado ver películas sin cortes o programas sin anuncios en la primera estatal. ¿Qué harán con La 2? Con la cabeza sopa de pescado. Todo puede empeorar, y lo hará. Este Gobierno español es corrosivo, destructor y empecinado.