Al principio, debido a la oscuridad reinante en la caverna que habitamos, sus trucos eran invisibles a nuestros ojos. Ellos, con cierto temor hacia posibles reacciones adversas, mostrábanse cautos poniendo interés en ocultar las artes de engaño y los hilos que movían la farsa. Era necesario proteger el periodo de tiempo de la llamada «Transición», aquella metamorfosis desde oruga franquista a vistosa mariposa. Añadir alas al gusano les era vital. Para que la citada «Transición» fuese posible, otros muchos debieron metamorfosearse a la manera kafkiana: acostándose hombres amanecieron con aspecto de insecto, al tiempo que a otros, como homo erectus, una vertical y poco flexible columna vertebral les dificultara, sobremanera, poder doblar su cerviz y la genuflexión. Esos fueron descritos por la gusanera como violentos terroristas.

Ahora, después de años de oscuridad, nuestras órganos se encuentran dilatados (a las pupilas, me refiero) pudiendo percibir nítidamente los engaños. Pero, a diferencia del toro que rechazando la muleta (engaño) arremete con furia contra el de la espada, la sumisión creada por tantos años de oscuridad hace comportarnos como cabestros. Ya lo dijo un tal Jesús: «Bienaventurados los mansos porque poseerán la tierra». La del campo santo, olvidó de precisar.

Así, un día, un trilero con aspecto de político dice que todos somos responsables de la crisis. Que banqueros o hipotecados, empresarios u obreros, futbolistas o becarios, obispos o misioneros, políticos o votantes... Todos tenemos nuestra parte alícuota de responsabilidad. Igual responsabilidad al vivir en una democracia que a todos iguala. Por tanto, al ser todos responsables, resultan del todo necesarios los recortes en lo que es de todos. Educación y Sanidad se financian con los impuestos de todos. Si recortamos, ahorramos todos ¿O no?

Veis que sencillo resulta todo cuando hay buena disposición. Con lo ahorrado en Educación y Sanidad públicas ayudamos a Bankia. Unos 25.000 millones de euros (4.175.000.000.000 de pesetas, sí) que José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente, se ha apresurado a aclarar a los más obtusos, no son para devolver. Los pequeños desajustes en los saldos dicen ser responsabilidad de Rodrigo Rato, aquel que también presidió el FMI, ¡sí hombre sí, el más listo y con mayor preparación dentro del PP! Por sus esfuerzos durante más de un año le van a dar una bonificación de millón y medio de euros ¿Es listo o no es listo? Y el nuevo parece que aún lo es más. Del BBVA obtuvo una jubilación de más de 55 millones de euros.

Mientras, todo continúa dentro de la normalidad: el Rey preside desfiles; a la amnistía fiscal se le suma otra urbanística; siguen deteniendo a huelguistas del 29M; en Nafarroa la guardia civil elabora ficheros ilegales; se duplican las denuncias de tortura y malos tratos durante las movilizaciones sociales y el Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, entre viaje y viaje a Marbella, vela por todos nosotros.