La crisis siria provoca choques que causan otros diez muertos en Líbano
La violencia que se vive en Siria se extendió ayer nuevamente a Líbano, donde al menos diez personas murieron en enfrentamientos registrados en un barrio de Trípoli, la principal ciudad del norte del país, entre detractores y partidarios del presidente sirio Bashar al-Assad. Vecinos de los barrios de Bab al-Tebbaneh, de mayoría suní, y Yabal Mohsen, de predominio alauí -una corriente chií-, afirmaron haber oído el impacto de granadas y ametralladoras.
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Trípoli, la principal ciudad del norte de Líbano, fue nuevamente escenario de fuertes enfrentamientos entre seguidores y detractores del presidente sirio, Bashar al-Assad. Fuentes policiales indicaron que al menos diez personas murieron y otras 31 resultaron heridas en los choques que comenzaron el viernes por la noche y que ayer continuaban de forma intermitente entre vecinos de los barrios de Bab al-Tebbaneh, de mayoría suní y, por tanto, contrarios a Al-Assad, y de Yabal Mohse, cercanos al régimen sirio.
En los enfrentamientos se emplearon granadas autopropulsadas y ametralladoras. La Agencia de Noticias Nacional Libanesa precisó que la mayoría de las víctimas perecieron por disparos de francotiradores.
Tanto el Ejército como la Policía libanesa se desplegaron ayer en ambos barrios para evitar nuevos combates.
Por su parte, el líder del grupo chií Hizbullah, jeque Hasan Nasralah, reclamó el viernes la liberación de los once peregrinos libaneses secuestrados en Siria. Esta acción fue reivindicada el jueves por un grupo desconocido autodenominado Revolucionarios de Siria-Rif Aleppo.
«Ustedes dicen que no tienen problemas con la comunidad chií, demuéstrenlo. Esos peregrinos deben regresar con sus familias», exigió en una videoconferencia con motivo del vigésimo tercer aniversario de la muerte del ayatolá Ruholah Jomeini, fundador de la República Islámica de Irán.
Por otra parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en Londres denunció que en la noche del viernes al sábado, el Ejército bombardeó las provincias de Homs y Deraa, donde grupos armados mataron a seis soldados y a otros ocho a las afueras de Damasco. El Ejército Libre Sirio anunció el viernes que retomaba «las operaciones defensivas», dejando de lado el plan de paz de Annan.
El enviado especial de la ONU y la Liga Arabe para Siria, Kofi Annan, advirtió ayer durante una reunión del grupo de contacto de la Liga Arabe que la situación va camino de convertirse en «una guerra civil total de carácter sectario y preocupante, mientras que los efectos de esta crisis han comenzado a extenderse a los países vecinos».
Remarcó que los acontecimientos han llegado a ser inaceptables para el pueblo sirio, la región y la comunidad internacional. «Nuestro sentimiento se dirige hacia el pueblo en solidaridad con él por el sufrimiento que ha durado más de lo que debería. El pueblo necesita ahora el fin de la violencia», insistió.
Reconoció que su plan de paz no se ha aplicado como debería y calificó de «complicada» la situación, exigiendo una vez más responsabilidad a las partes implicadas. «Hablé de forma clara con el presidente Bashar al-Assad durante mi última visita a Damasco, especialmente sobre la masacre de Hula, y le dije que la crisis ha llegado a un punto de inflexión». Alertó del aumento de los casos de violencia que afectan a mujeres y niños. El 7 de julio presentará un resumen sobre su misión ante la Asamblea General de la ONU. GARA
El jefe de la Liga Arabe pidió al Consejo General de la ONU que amplíe el tamaño de la misión del organismo en Siria y le dé poder para defender a los civiles, según una carta filtrada a los medios. En ella, Nabil Elaraby, secretario general del organismo, insta a «actuar con rapidez para poner fin a todos los actos de violencia que están ocurriendo en Siria y tomar las medidas necesarias para proteger a los civiles, incluido incrementar el número de observadores internacionales y darles los poderes necesarios para detener las violaciones y los crímenes que se están cometiendo».
Diplomáticos del Consejo de Seguridad en Nueva York confirmaron haber recibido la misiva, pero no desvelaron cómo iba a reaccionar este organismo. La propuesta de Elaraby podría no ser aceptada por Rusia, que tiene derecho a veto. Es un lenguaje muy similar al que el Consejo utilizó el año pasado para autorizar una intervención militar en Libia.
Moscú prometió evitar que Siria se convierta en otra Libia. Tampoco está claro si Damasco permitiría un aumento de la misión compuesta por 300 observadores, cuyo mandato finalizará cerca del 20 de julio. GARA
