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Critérium du Dauphiné

Sky blinda el maillot de Wiggins

Solo un ataque de Evans sin excesivos réditos y el del vencedor Quintana consiguieron escapar a la dictadura del equipo británico.

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Amaia U. LASAGABASTER

En vísperas de que arrancase esta 64ª edición del Critérium du Dauphiné, el aparente buen momento en el que llegaba Bradley Wiggins le convertía en el principal favorito para repetir victoria. Pero no hubo prácticamente una sola previa que no mencionase también, junto a la gran trayectoria del británico esta campaña y la confianza que desborda, el equipazo con el que desembarcaba en la prueba francesa. Con toda la razón del mundo en ambos casos.

La etapa reina -167 kilómetros entre Saint Alban Leysse y Morzine- volvieron a dar buena prueba de ello. Sky lo controló todo, dando permiso cuando debió hacerlo, acelerando el ritmo cuando le tocó, conteniéndolo cuando fue preferible y, evidentemente, arropando a su líder desde el desayuno hasta el podio. Con una suficiencia casi insultante: tres corredores del equipo británico llegaron en el grupo, grupito, principal; cuatro -Wiggins, Rogers, Froome y Porte- se sitúan entre los nueve primeros de la general. Solo dos hombres consiguieron escapar ayer a su dictadura, y habría que ver hasta qué punto no se debió a que abrieran la mano. Nairo Quintana, que se marchó en la Joux-Plane para hacerse con la victoria más importante de su carrera -Vasil Kiryenka, que entraba con el líder, completaba la gran actuación de Movistar- y Cadel Evans, que saltó en busca de su estela en los últimos kilómetros sin excesivos réditos. No consiguió el triunfo de etapa que, como confesó, le hubiera gustado conseguir, y mucho menos amenazó el liderato de Wiggins, al que apenas rascó ocho segundos.

Al menos no perdió tiempo, como sucedió con la mayoría de los corredores que el pasado domingo partían de Grenoble con el podio en mente. Algunos ya lo habían hecho en las etapas previas y otros se estrenaron ayer. El maltrecho Samuel Sánchez, como Menchov o Vinokourov, se dejó casi un cuarto de hora, el golpe de Tony Martin se limitó a los cuatro minutos, qué decir de Andy Schleck, que -como Koldo Fernández de Larrea- echó pie a tierra. En definitiva, que los únicos que aguantaron a los Sky en el ascenso a la Joux-Plane fueron Evans y Van den Broeck.

Aunque el terreno invita a intentarlo hoy en la última etapa, con cinco puertos, aunque no excesivamente duros, incluyendo el ascenso final a la estación de ski de Châtel, no parece que ninguno de los dos esté en condiciones de inquietar a Wiggins y su locomotora.

Andy Schleck: «Me persigue la mala suerte»

En el kilómetro 64, Andy Schleck echaba pie a tierra, con el cuerpo dolorido y la moral muy dañada, cuando apenas restan tres semanas para que comience el Tour.

«Es una gran decepción, cuando he subido al coche me he venido abajo mentalmente. Nada más empezar la etapa, en los primeros metros, me dolía la pierna derecha y la parte baja de la espalda. Nunca había sufrido tanto en una carrera. No podía pedalear con la pierna derecha. He tenido que abandonar», explicó el líder de RadioShack. «La mala suerte me persigue en los últimos meses», añadió.

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