Al hilo de la difusión en la red del manifiesto por un nuevo modelo de radio televisión pública -bostpuntu.com-, he recordado una información que ofrecieron hace días en los informativos de ETB. Trataba sobre un pleno del Ayuntamiento de Donostia, y después de meter una breve intervención del alcalde, dieron voz a los portavoces de PSE, PNV y PP. Algo que, dicho así, sin aditamentos, podría pensarse que es un bonito y saludable ejercicio de pluralidad informativa.

Sin embargo, diría sin temor a equivocarme, y solo por poner un ejemplo, que mientras todos los gasteiztarras habrán visto alguna vez en sus pantallas a Ramón Gómez, pocos donostiarras conocen quién es el portavoz de Bildu en el Consistorio de Gasteiz. Desde luego, no si se informan únicamente a través de la televisión pública. ¿Se imaginan una información sobre un pleno en Bilbo, y que después de un escueto comentario de Azkuna metieran cortes de todos los portavoces de la oposición?

No, eso solo sucede en Gipuzkoa, tierra irredenta que está sufriendo una labor de zapa terrible. De hecho, los medios de la órbita jeltzale están dejando a Federico Jiménez Losantos como un vulgar aficionado. Pero bueno, esos son sus medios, no son públicos como EITB.

¿Por qué sucede esto? Pues porque dentro de nada tenemos elecciones autonómicas y si nos guiamos por los resultados de los últimos comicios, no son pocos quienes creen que una coalición abertzale y de izquierdas puede ganar. Y por eso, leña y más leña es lo que les espera en los próximos meses a quienes gobiernan en nombre de Bildu.

A este respecto, un amigo mío me comentaba que no entendía la razón de tanto revuelo, ya que aunque una coalición independentista ganara las elecciones, no lo haría con mayoría absoluta, y el PNV saldría raudo y veloz a sellar un pacto de gobierno con el PP o el PSE.

Y tiene toda la lógica, pero como uno es malvado por naturaleza, tiene esperanza en que de las urnas salga la siguiente combinación: 24-22-15-14. 24 parlamentarios abertzales, 22 jeltzales, 15 para el PSE (o para el PP) y 14 para el PP (o para el PSE). No es que tenga ningún interés en ello, claro, pero no me negarán que en un Parlamento de 75 escaños ese escenario sería muy divertido. Aunque no para todos. Por eso andan ahora echando toda la carne en el asador.