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Cumbre de Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible

RiO+20, REPENSANDO EL DESARROLLO

En junio de 1992, se celebró en Río de Janeiro, Brasil, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, también conocida como Cumbre de la Tierra, con la participación de 172 gobiernos. Veinte años después se busca un nuevo acuerdo en torno al desarrollo sostenible.

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Katu Arkonada | Río de Janeiro

Los resultados de la Cumbre de Río fueron la aprobación del Programa 21, un plan de acción mundial para promover el desarrollo sostenible, y la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo que es básicamente un conjunto de principios que definen los derechos y obligaciones de los estados respecto del medio ambiente y el desarrollo. Asimismo esa cumbre fue el origen de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que en 1997 acordaría el famoso Protocolo de Kioto para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Hubo dos grandes protagonistas. Por un lado, George Bush padre, quien anunció que «el estilo de vida estadounidense no está abierto a negociaciones». Por otro, Fidel Castro, cuya posición se resume en una pasaje de su discurso ante el plenario: «Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre».

Castro se enfrentaba en nombre de los países en desarrollo a ese Norte que había podido industrializarse, desarrollarse y construir su Estado del Bienestar a costa del Sur, los países del Tercer Mundo, colonias hasta hace poco convertidas en ese momento en naciones explotadas y saqueadas por un orden económico mundial injusto. En ese sentido, proponía una vez terminada la Guerra Fría dedicar el gasto militar y armamentístico a promover el desarrollo del Tercer Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta.

Rio+20

Veinte años después de aquella Cumbre de la Tierra, en medio de una crisis estructural del modelo de civilización occidental y con las clarividentes palabras de Castro resonando aún en los pasillos de Riocentro, el lujoso centro de convenciones en la exclusiva zona de Barra de Tijuca, se celebra la Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Rio+20.

Los objetivos de esta conferencia son alcanzar un nuevo acuerdo político en torno al desarrollo sostenible, evaluando el progreso hasta la fecha y las lagunas en la aplicación de los acuerdos que se han ido adoptando. La cita va a centrarse en la economía verde o ecológica con vistas a la sostenibilidad y la erradicación de la pobreza y en la creación de un marco institucional para el desarrollo sostenible. Todo ello dentro de un ambicioso llamamiento de la ONU a los estados y sociedad civil para sentar las bases de un mundo de prosperidad, paz y sustentabilidad.

Rio+20 tendrá lugar oficialmente del 20 al 22 de junio, cuando los jefes de Estado y Gobierno llegarán a Río de Janeiro para las sesiones plenarias y la búsqueda de un acuerdo. Sin embargo, sus equipos negociadores, tras tres rondas de negociaciones previas en Nueva York en torno a un borrador de acuerdo, comenzarán el 13 de junio su último encuentro para preparar el documento que sus respectivos presidentes deberán firmar como parte de un acuerdo final.

Esto equipos trabajan en torno al documento «El futuro que queremos-Borrador Cero del documento de Río+20». El texto, que hace unos meses era una compilación de diferentes propuestas de los estados de unas 300 páginas, tiene ahora 82 páginas en inglés con una base de párrafos que se van acordando y otra serie de ideas sujetas a discusión, esquema habitual de los documentos de negociación en Naciones Unidas.

El «Zero Draft» o «Borrador Cero» se divide en 5 puntos principales. El preámbulo donde se define la visión compartida por los diferentes miembros de Naciones Unidas da paso al segundo punto en torno a la renovación del compromiso político, en el que se reafirman los principios de Río, se evalúan los progresos y los déficits en la implementación del desarrollo sostenible y se hace un repaso sobre los principales grupos implicados, desde los pueblos indígenas a los sindicatos o la comunidad científica. La tercera parte del documento está dedicada a desarrollar el rol de la economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, lo que le convierte en el punto principal y más conflictivo pues trata de presentar a la economía verde como el nuevo paradigma del desarrollo sostenible. En cuarto lugar se sitúa la definición del marco institucional para el desarrollo sostenible y a este le sigue la quinta y ultima parte del documento, dedicada al marco de acción y seguimiento, con propuestas de acuerdo en torno a temas como seguridad alimentaria, agua, energía, cambio climático, bosques y biodiversidad, educación o igualdad de género.

G77+China

Dentro de la política de bloques inherente a unas negociaciones en el marco de Naciones Unidas se pueden observar dos grupos principales, la Unión Europea, por un lado, y el G77 junto a China por otro lado. El G77 es un grupo muy heterogéneo de países del Sur, es decir, de los países llamados del Tercer Mundo o en vías de desarrollo, que agrupa a diversos bloques en su seno, como el ALBA, el Grupo Africano, el Grupo de los Estados Insulares o el Grupo Árabe. Asimismo, cuenta con potencias emergentes de los BRICS como Brasil o India.

El G77, presidido en 2011 por Cristina Fernández de Kirchner en representación de Argentina, y desde 2012 con Argelia como coordinador, se presenta en Río con un documento propio de consenso como base para la negociación.

El documento del G77+China propone un nuevo orden económico mundial basado en los principios de equidad, soberanía, intereses comunes, interdependencia y cooperación entre los estados. Plantea además una nueva arquitectura financiera internacional mediante la reforma expedita y ambiciosa de las instituciones creadas por los acuerdos de Bretton Woods (es decir, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional), cambiando sus estructuras de gobierno y su déficit democrático en el marco de una plena y justa representación de los países en vías de desarrollo, promoviendo la provisión de recursos financieros y la transferencia tecnológica a los países en vías de desarrollo sin condiciones.

También pide el reconocimiento y respeto a los diferentes modelos de desarrollo afirmando que las estrategias de crecimiento económico basadas en el mercado son insuficientes y no garantizan ni aseguran un crecimiento económico equitativo ni resuelven los problemas de pobreza, salud, educación, pleno empleo, reducción de inequidades y promoción del desarrollo social y la inclusión.

Además, propone un cambio en los patrones de producción y consumo, denunciando que los recursos naturales son limitados y que los países desarrollados han hecho un uso excesivo de ellos. A partir de ahí se reconoce la importancia del agua como derecho humano o la seguridad alimentaria, y se demanda un desarrollo sostenible con un enfoque holístico y en armonía con la naturaleza, propuesta que parte de Bolivia. Esta demanda ha sido recogida, asimismo, en el «Borrador Cero» oficial, cuyo párrafo 33 dice textualmente: «Somos conscientes de que el planeta Tierra y su ecosistema son nuestra casa y que Madre Tierra es una expresión común en una serie de países y regiones. Estamos convencidos de que con el fin de lograr un equilibrio justo entre el económico, las necesidades sociales y el medio ambiente de presentes y futuras generaciones, es necesario promover la armonía con naturaleza».

En la misma línea, uno de los objetivos de Bolivia y del ALBA en Rio+20 será el de recoger las propuestas de la Conferencia Mundial de los Pueblos Sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra realizado en Tiquipaya (Bolivia) y plantear una propuesta de Derechos de la Madre Tierra.

Unión Europea

Frente a estas propuestas, la posición de la Unión Europea es contundente y fiel reflejo del modelo neoliberal en el que esta instalada. La UE conceptualiza a la naturaleza como «capital natural», como «stock de recursos naturales» regulables a través del mercado. Es decir, estaríamos ante una segunda fase del neoliberalismo, una fase mas avanzada en la que después de haber hecho retroceder al Estado, cuando no desaparecer totalmente privatizando los sectores estratégicos bajo control estatal, se le ordena al Estado que cree mercados donde hasta ahora no existían. Ya no es suficiente además con generar plusvalía vendiendo la madera de los bosques, sino que, además, se crea un nuevo mercado en el que lo que se vende es la capacidad de absorción de dióxido de carbono de esos mismos bosques. A partir de ahí, se abre la vía para la financiarización de la naturaleza, para especular y crear nuevos mercados inmateriales.

La UE plantea entonces un paquete de metas e indicadores enfocados en el medio ambiente, y con la excusa de la reducción de emisiones y la eficiencia en el uso de recursos naturales, deja de lado las necesidades sociales y económicas de los países en desarrollo.

Pensando el mañana

Son numerosos los temas a desarrollar en Rio+20 y cada uno de ellos exigiría de decenas de páginas para profundizar, pero su reto será el de cómo construir una visión del desarrollo no basada en el capitalismo, que salga de los parámetros de crecimiento capitalista. Como lograr un desarrollo integral, complementario y solidario basado en la complementariedad de los derechos de los pueblos a su desarrollo y a superar la pobreza causada por el capitalismo y el colonialismo, y de los derechos de la Madre Tierra. Además, estos derechos deberían ser contemplados de manera integral, interdependiente, complementaria y en apoyo mutuo. Es decir, un derecho no puede realizarse sin los otros y un derecho no puede estar sobre los otros. Se trata de derechos interdependientes, cuya plena consolidación requiere una interacción complementaria entre ellos.

En cualquier caso no hay duda de que estamos viviendo (y sufriendo) los límites de un modelo de civilización insostenible. Los pueblos del Sur han recuperado su dignidad y el Norte ya no puede seguir creciendo a costa de su explotación. Además, Ama Lurra, la Pachamama, está demostrando ya que no se la puede seguir explotando indefinida e incontroladamente como se ha hecho hasta ahora. Estamos viendo, por tanto, los límites planetarios del sistema de acumulación capitalista en toda su crudeza. En ese sentido, Rio+20 es una ocasión histórica para poner sobre la mesa debates necesarios y tratar de llegar a consensos en la búsqueda de soluciones.

En definitiva, y retomando las palabras finales de Fidel Castro en la Cumbre de la Tierra de 1992: «Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo».

NUEVO ORDEN

El documento del G77+China propone un nuevo orden económico mundial basado en los principios de equidad, soberanía, intereses comunes, inderdependencia y cooperación entre los estados.

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