IRLANDA 3

CROACIA  3

Dos goles en los llamados minutos psicológicos sirvieron para que Croacia sacase a flote un envite en el que le costó despertar, en parte por conseguir un gol muy pronto -minuto 2-, lo que le llevó, sin quererlo, a manejarse de una forma diametralmente opuesta a lo que es su estilo de juego. Sin embargo, Irlanda no supo aprovecharlo, ya que en el momento en el que empató -hasta conseguirlo había jugado sus mejores minutos- volvió a las andadas, muy echado atrás. Se puede decir que ambas escuadras estuvieron determinadas en función del marcador.

Pero de esa dinámica fueron los balcánicos quienes obtuvieron mayores réditos, no en vano los de Bilic demostraron lo que ya se sabía con antelación, que era una escuadra con mayor talento que los chicos de verde, quienes iniciaban el campeonato con la vítola de rocosos, pero cuyas figuras ayer no estuvieron a la altura de las circunstancias, caso de Keane, Doyle o Duff.

Por si ello no fuera suficiente, los croatas golpearon en momentos delicados. El empate parecía que iba a ser el resultado con el que ambos conjuntos se marchasen al descanso, pero un mal despeje de Ward propició que Jelavic batiese a Given. El capitán irlandés protestó lo suyo esta jugada, pero si bien es cierto que el delantero del Everton estaba adelantado, su posición quedó validada al venir el balón de un contrario.

El segundo golpe al mentón irlandés, en este caso definitivo, llegó a los tres minutos de la reanudación. Un excelente testarazo del bigoleador de la tarde, Mario Mandzukic, se encontró con la base del poste, pero la diosa fortuna quiso que la pelota golpease en la cabeza de Given y acabase dentro de las mallas. A partir de ahí, los de Bilic se dedicaron prácticamente toda la segunda parte a marear la perdiz y solo Andrews en el último tramo del choque intentó la igualada con su juego aéreo.