Epicentro de conflictos en el polvorín del Cáucaso sur
Azerbaiyán, uno de los países más estables de la extinta Unión Soviética, se encuentra en el epicentro de dos conflictos potenciales que pueden desembocar en sendas guerras de consecuencias impredecibles no solo para la región, sino en un ámbito global.
Pablo GONZÁLEZ
Desde que se ha ido apagando el sonido de disparos en los Balcanes, no son pocas las voces que señalan al Cáucaso como la región en la que pueden estallar nuevos e importantes conflictos. Dos son las posibles confrontaciones bélicas que más temores despiertan por sus incalculables consecuencias, también fuera de las fronteras de esta convulsa región.
El primero de esos eventuales conflictos, el más mediático, es el posible golpe preventivo de Israel, con o sin ayuda estadounidense, contra Irán, con el pretexto de su programa nuclear. El segundo es el enfrentamiento entre Azerbaiyán y Armenia por la región del Alto Karabaj y territorios adyacentes. Si en el caso iraní el problema es de sobra conocido y se está buscando el modo de prevenirlo, en el caso del Alto Karabaj la comunidad internacional no parece interesada en hallar una salida dialogada que evite un nuevo enfrentamiento armado. En ambos casos, Azerbaiyán y su territorio sería protagonista de una u otra forma.
Irán en el punto de mira
Desde hace unos años la república islámica de Irán está en el punto de mira de la comunidad internacional, sobre todo de Israel y EEUU, a causa del potencial uso militar de su programa nuclear, extremo que Teherán ha negado una y otra vez. La perspectiva de que un Estado que no reconoce la existencia de Israel posea un arma de destrucción masiva preocupa a Tel Aviv. Esta preocupación es compartida, aunque aparentemente en menor grado, por EEUU y algunos de sus aliados de la OTAN. No hay que olvidar que el escudo antimisiles que desarrollan los norteamericanos y que tendrá algunos elementos instalados en Europa, tiene como finalidad oficial protegerse, entre otros, de Irán.
Los rumores sobre un posible ataque crecen según avanzan los progresos iraníes en materia nuclear. Este año Azerbaiyán se ha sumado como protagonista a este conflicto. Fuentes de EEUU han filtrado la posibilidad de que exista un acuerdo con Israel para el alquiler de bases azeríes por parte de Tel Aviv. Esto permitiría a los aviones israelíes repostar en ellas en sus ataques a instalaciones nucleares iraníes.
El origen de esos rumores es la firma en febrero pasado de un acuerdo para la compra de armas a Israel por parte de Azerbaiyán por un valor de 1,6 mil millones de dólares. El alquiler de las bases podría ser parte de dicho acuerdo. A esto se añade el arresto en Azerbaiyán de 22 personas acusadas de espiar para Irán.
Bakú niega oficialmente ningún acuerdo para la cesión de bases y califica la compra de normal y necesaria para la seguridad nacional azerí. Aun así, en Azerbaiyán existe un temor más o menos tangible a las consecuencias de un ataque sionista sobre Irán. Voces azeríes autorizadas señalan que Azerbaiyán será golpeado por los iraníes en represalia, participe o no Bakú de cualquier modo en la agresión a Irán. Los objetivos podrían ser dos importantes proyectos internacionales en suelo azerí, uno ya en funcionamiento y el otro en construcción, para el suministro a Europa de petróleo y gas, respectivamente, vía Turquía.
Alto Karabaj
La región del Alto Karabaj (también conocida como Nagorno Karabaj) y varios territorios adyacentes están en poder de Armenia desde 1994. El montañoso Alto Karabaj es una región azerí habitada por una importante comunidad armenia. La desintegración de la Unión Soviética desató un conflicto étnico entre las comunidades armenia y azerí que terminó en 1994 con un alto el fuego. Desde entonces ha habido varios intentos, infructuosos, para acercar posturas. Los armenios tienen el control del territorio, mientras que los azeríes tienen de su parte la legalidad internacional, y ninguna de las dos partes parece dispuesta a ceder.
Oficialmente Bakú aboga por el diálogo y la paciencia. Diplomáticos azeríes evocan como ejemplo de lento proceso diplomático el que desembocó en la unificación de las dos Alemanias tras cuatro décadas. Para potenciar dicho diálogo con Armenia, los azeríes abogan por una participación más intensa en las conversaciones de las potencias occidentales, sobre todo EEUU y Estado francés, ya que la imparcialidad del mediador más activo hasta ahora, Rusia, suscita dudas.
Sin embargo, si el diálogo fracasa existe un plan B, que consiste en conseguir una superioridad militar aplastante. El presupuesto de Defensa azerí es superior al presupuesto nacional de Armenia. Las compras de armamento de los últimos años por parte de Azerbaiyán le han permitido tener un Ejercito bien equipado y, sobre el papel, con una clara superioridad sobre el armenio. Los azeríes están seguros de que su Ejercito sería capaz de recuperar todo el territorio en disputa en unos pocos días.
Pero el apoyo ruso a Armenia frena la tentación azerí de recurrir a la fuerza. Además del apoyo político explícito, existen bases militares rusas en territorio armenio. También pesa la experiencia de Georgia, que perdió de facto dos importantes partes de su territorio, Abjasia y Osetia del sur, al utilizar la fuerza para recuperarlos. Entonces la respuesta militar rusa fue rápida y contundente. Bakú teme que le suceda algo parecido, pero aumenta el deseo de recuperar dichos territorios a cualquier precio. Si finalmente Azerbaiyán decide intervenir militarmente, Rusia o incluso Turquía pueden verse inmersos en un conflicto que puede hacer explotar la región.