La OCDE destaca que las reformas han reducido hasta un 25% las pensiones
La OCDE presentó ayer un informe sobre el futuro de las pensiones. En su análisis propone elevar la edad de jubilación a partir de los 67 años, porque la esperanza de vida está aumentando, y exige que se pongan en marcha las pensiones privadas con apoyo fiscal. El organismo internacional se alinea con el poder económico y financiero, dado que no plantea ninguna salida para garantizar el futuro de las pensiones públicas mediante la búsqueda de financiación.
Juanjo BASTERRA |
Las reformas de las pensiones han provocado una reducción de entre el 20% y el 25% de las pensiones, como indica el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Además, insiste en su apoyo a las políticas de retraso en la edad de jubilación, a partir de los 67 años, y en la irrupción de los planes privados para garantizar las pensiones futuras por el aumento en la esperanza de vida. Los responsables de esa organización internacional creen que es necesario un sistema automático que varíe la edad de jubilación dependiendo de si se alarga la esperanza de vida.
Sin embargo, deja en el aire aspectos que son claves para el futuro de las pensiones públicas. Así, no indaga en la necesidad de implantar un sistema de financiación que garantice el sistema público, que es el único que ofrece cobertura total a quienes se han jubilado. Tampoco pone las precauciones adecuadas sobre las pensiones privadas, dado que los fondos pierden capitalización por la crisis, pero también lo hacían antes de la recesión.
50% de los ingresos netos
A pesar de sus incertidumbres, en este documento la OCDE se coloca del lado del poder económico. De hecho, el informe confirma que «las reformas realizadas durante la última década han reducido entre un 20% y un 25% las pensiones».
Adelanta que «las personas que empiecen a trabajar en este momento podrán contar con un régimen de pensiones público neto de la mitad de sus ingresos netos de media en la OCDE, si se jubilan después de una carrera completa en la edad oficial». Sin embargo, en los países que se obliga a tener pensiones privadas, que complementen las públicas, tendrán «una pensión de alrededor del 60% de sus ingresos netos». El organismo internacional explica que en 28 de los 34 países que integran en la actualidad esa organización se están dando pasos para alargar la edad de jubilación por encima de los 67 años. «Los gobiernos deben considerar la vinculación de la edad oficial de jubilación a la esperanza de vida y redoblar los esfuerzos para promover las pensiones privadas». El secretario general de la OCDE señaló que «a pesar de que estas reformas en ocasiones pueden ser dolorosas e impopulares, pueden, también, en un momento en que las finanzas públicas están restringidas y limitadas, permitir un margen de maniobra en la ayuda fiscal y monetaria para estimular un crecimiento muy necesario en las economías en proceso de envejecimiento».
En la proyección pública que establece en el gasto de las pensiones desde el 2010 al 2060 confirma que la media de la OCDE en 2010 fue del 9,3% del PIB para el gasto de pensiones públicas, en el Estado español se sitúa en el 10,1%, que ha elevado la edad de jubilación a los 67 años, y en el Estado francés el gasto era del 14,6%, pero la edad de jubilación se encuentra en los 62 años. En 2060, según esas proyecciones de la OCDE, el gasto de las pensiones públicas en el Estado español serán del 13,7% y en el Estado francés, del 15,1%.
El informe de la OCDE reconoce que en la mayoría de los países los fondos de pensiones «están en rojo en términos de rendimiento de la inversión acumulada». De hecho, explica que entre 2007 a 2011 la caída en términos reales fue del 1,6% y elevando el periodo a los diez primeros años de este siglo, «la tasa de rendimiento de los fondos de pensiones fue de un mísero 0,1% anual».
En el Estado español, la caída de lo que llevamos de siglo es del 1% y en el periodo de la crisis se acerca al 4%. En 2010, los fondos privados de pensiones en el Estado español cayeron en un 8%. Por eso, esta organización internacional confirma que «este decepcionante desempeño pone en riesgo la capacidad para garantizar unas pensiones adecuadas».
Los fondos de inversión acumulan entre los países de la OCDE 19,23 billones de dólares y en 2001 se situaron en 10,7 billones. En cambio, en el Estado español el negocio privado de las pensiones, debido a las continuas reformas y modificaciones que se han aplicado, han provocado que de 35 millones de dólares de inversión se hayan pasado a 111.242 millones, es decir, han aumentado más del triple, teniendo en cuenta que entre 2009 y 2010, se redujeron en un casi 6%, por la crisis económica.
Admite, por otro lado, que las pensiones privadas obligatorias no son la solución en todos los países. «Porque podría afectar injustamente a los bajos ingresos y ser percibido como un impuesto adicional». De hecho, confirma que la tasa de pobreza entre los mayores de 65 años en el Estado español casi duplica a la de la OCDE, (22,8% frente al 13,5%). J.B.