Seis semanas después de que Hollande ganara las elecciones presidenciales, los resultados de la primera vuelta de las legislativas han supuesto un espaldarazo a su figura y la consolidación de su poder. Su partido, el PSF, y sus aliados, Los Verdes, consiguen una clara mayoría que, de confirmarse en la segunda vuelta, evitaría la temida cohabitación, el verse obligado a trabajar con un primer ministro de derecha. En definitiva, Hollande sale reforzado, con las manos libres y una mayor legitimidad de cara a sus planes y cambios, tanto en lo doméstico como en la lucha europea contra la crisis de deuda.

Los resultados de Ipar Euskal Herria evidencian que los candidatos socialistas han aprovechado bien la ola del «fenómeno Hollande» y se medirán desde una posición de fuerza con los diputados salientes. El otro factor a destacar reside en el hecho de que las candidaturas de los abertzales de izquierda, EHBai, se hayan instalado con solidez en la tercera posición, confirmando su tendencia al alza y su peso político. Utilizar ese capital con inteligencia, no ya solo de cara a la segunda vuelta, sino en el fortalecimiento de un proyecto político desafiante y electoralmente atractivo para las elecciones locales y cantonales, se antoja decisivo.