Las 224 estampas sobre papel que componen las cuatro series completas de Goya (1746-1828) y que se pueden ver a partir de hoy en el Museo de Bellas Artes de Bilbo forman parte de la colección propia de la centenaria pinacoteca, que comenzó a comprarlas en 1930, cuando adquirió las ochenta estampas que formaban los «Caprichos» y las ochenta primeras imágenes que se grabaron de los «Desastres». La exposición, que se inaugurará hoy y se podrá ver hasta el 23 de setiembre, fue presentada ayer por el director del centro, Javier Viar

El centro artístico completó en 2010 la serie dedicada a exponer y criticar las atrocidades que conllevan las guerras, centrada en sus experiencias personales durante la de la Independencia, al recibir en donación de un particular los dos grabados que le faltaban.

La colección arrancó en 1931, cuando se adquirieron las cuarenta estampas que conforman la serie «Tauromaquia», probablemente la más exhibida y conocida por el público de las cuatro, dedicada a los lances, suertes y episodios de la fiesta de los toros, a la que Goya era muy aficionado. El Bellas Artes adquirió en 2008 dieciocho de las veintidós imágenes de los «Disparates» o "Proverbios", la serie menos vista y más difícil de interpretar del artista de Fuendetodos, en las que imagina un mundo caótico con una humanidad desorientada y grotesca, dominada por el miedo, la ignorancia y la locura.

Las cuatro estampas que la completan, y que se grabaron en París en 1877 en edición separada del resto de la colección, se han incorporado este mismo año a la colección particular del Bellas Artes, según precisó Viar.

El director de la pinacoteca de arte clásico y contemporáneo de Bilbo destacó que al contemplar esta exposición, el espectador podrá ver «la evolución del pensamiento plástico de Goya y su capacidad expresiva a lo largo de su etapa de madurez, los 20 años finales de su carrera artística».

Otro de los objetivos de esta exposición es subrayar la importancia que ha tenido Goya en la historia de esta técnica artística. Para ello, la muestra se completa con un grupo de grabados y pinturas de otros autores, que permiten conocer la evolución del grabado desde su aparición en el siglo XIV hasta nuestros días.