Los irlandeses James Mather y Stephen St. Leger son dos realizadores de anuncios que llamaron la atención de la industria con el cortometraje «Prey Alone», para el que diseñaron personalmente todos y cada uno de los efectos especiales. Su capacidad para conseguir resultados espectaculares con escasos medios es lo que ha convencido a Luc Besson para contratarlos al frente del nuevo proyecto de su compañía Europa Corp. Los chicos han contado con un presupuesto de apenas veinte millones de euros para hacer una película de ciencia-ficción.

«MS1: Máxima seguridad» es un thriller futurista de ambiente carcelario, con el actor Guy Pearce como antihéroe de la función, según un personaje de condenado al que se le ofrece el perdón a cambio de cumplir una misión suicida. La imagen del mismo es una mezcla del Kurt Russell de «1997: Rescate en Nueva York» y del Bruce Willis de «Jungla de cristal». Eso en cuanto al aspecto del protagonista, porque argumentalmente se le ha achacado a la película un exceso de multirefencialidad mal asimilado, junto a un humor de serie «B» nada original. No deja de ser una operación de rescate en la estación espacial que alberga la prisión del título, consistente en liberar a la hija del presidente retenida por un grupo de amotinados.