Pese a que han pasado cuatro años desde el estreno de «Cinco días sin Nora», y de que fuera premiada en los festivales de La Habana, Mar del Plata o Huelva, sigue siendo el único largometraje de la mexicana Mariana Chenillo. Una aplaudida ópera prima, representativa del más genuino humor negro de su país, que entronca con tradiciones como la del Día de los Muertos. La cotidianidad con la que los mexicanos conviven con sus difuntos forma parte de la anécdota que aquí se cuenta.

El gran actor mexicano Fernando Luján hace una magistral interpretación del divorciado que ha de encargarse del funeral de su exmujer. Como ella es judía y se quita la vida durante la celebración del Pésaj, según sus tradiciones no podrá ser enterrada hasta cinco días después, por lo que el protagonista piensa que lo ha hecho para seguir martirizándo desde el más allá. Sin embargo, la perspectiva cambiará a raíz del descubrimiento de una fotografía olvidada en un armario, la cual posibilitará la tardía reconciliación de este hombre con la mujer a la que en un tiempo pasado amó. Los misterios del romanticismo envuelven así esta historia de giros inesperados, tan sorprendentes como su propia formulación argumental.