La izquierda abertzale tildó ayer de «colonización del siglo XXI» el intento del Gobierno del PP de cambiar el censo electoral en Euskal Herria a través de la inscripción de quizás decenas de miles de personas que alguna vez residieron en su territorio. Pernando Barrena y Maribi Ugarteburu pusieron esta maniobra en relación con la larga trayectoria imperialista española, pero sobre todo con el temor al nuevo escenario político, y remarcaron que la respuesta de Madrid vuelva a ser apostar por «leyes de excepción».

«Los colonizadores a distancia ven cómo su castillo de naipes se cae y cómo se abre paso un nuevo escenario en el que no consiguen ser protagonistas, si no es con leyes de excepción absolutamente rechazadas en nuestro país», indicaron. Para los independentistas, esta maniobra «debe contar con la respuesta clara y nítida de todos aquellos sectores políticos y sociales para hacer insostenible que este tipo de apuestas fraudulentas y bananeras se abran paso a la voluntad democrática y popular». Y por ello, auguran que la iniciativa «está abocada al fracaso más estrepitoso».

«Por una razón muy simple -apostillaron-: los próximos acontecimientos electorales y políticos de este país volverán a demostrar la existencia de un bloque popular mayoritario, en claves nacionales vascas y soberanista, que va en aumento. Al contrario de lo que pretenden, este tipo de propuestas y medidas no hacen sino acelerar la demanda independentista en este país», vaticinaron.

Destacaron junto a ello que «son medidas que se plantean desde la debilidad o incluso la derrota política de la avestruz que prefiere seguir con su cabeza bajo tierra. La coalición soberanista de izquierdas tiene una alternativa para las próximas generaciones que interesa a la mayoría social de este país y no hay leyes ni puertas al campo que vayan a frenar este liderazgo», auguraron.

Frente al debate de los «expertos» alentados por el Gobierno del PP, la izquierda abertzale reitera al Ejecutivo de Mariano Rajoy que ante la nueva situación en Euskal Herria «tiene dos alternativas: hacerle frente desde parámetros democráticos o seguir utilizando todo tipo de mecanismos coercitivos y represivos, de auténticas leyes de excepción, con el único objetivo de retardar al máximo, de imposibilitar que este nuevo ciclo abierto en nuestro país, con el liderazgo de los soberanistas e independentistas de izquierda, pueda avanzar».